Cuando vino el cumplimiento del tiempo, 'Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido balo la Ley, para redimir a los que estaban bajo la Ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos.(Gálatas 4:4,5)
Dios no deja de hacernos «envíos». ¡Y qué clase de «envíos»! Todos ellos son mensajes de paz que podemos encontrar en la Biblia. Unas veces nos amonestan, otras nos señalan el camino correcto o predicen el futuro, pero siempre, todos y cada uno de ellos, tienen como único objetivo nuestro bien.
Hoy, cuando acabamos de decir adiós al año recién concluido. Dios nos envía un mensaje claro y distinto: «Pongo ante ti una nueva oportunidad. Aprovecha cada segundo, cada minuto, cada jornada laboral, el tiempo que puedas dedicar a los tuyos, los momentos de meditación y oración. No dejes que pasen desapercibidos, opacados por el afán de la ratina diaria».
Gózate en este regalo que Dios te ofrece y haz de él una experiencia gratificante. El envió de Dios, su Hijo, llena de consuelo al afligido, lleva amor a los tristes, da ánimo a los quebrantados, confianza al inseguro y es la fuente de felicidad para ti y para tu familia.
Dios nunca se retrasa en sus entregas especiales. Solo tenemos que confiar en que sus bendiciones serán derramadas sobre nosotros si de todo corazón anhelamos la presencia de Cristo en nuestras vidas. Si Dios envió a su Hijo a su debido tiempo, confía en que también enviará lo que necesitas a su debido tiempo. No te preocupes por los plazos de Dios, sino asegúrate de que cuando él haga su entrega, tú te encuentres en la situación adecuada para recibirla.
Los líderes israelitas conocían las profecías que indicaban el tiempo de la venida del Mesías, sin embargo, no se hallaban en disposición de recibirlo porque sus corazones se hablan alejado de Dios. Pero esto no im¬pidió que el cielo hiciera su entrega en el momento exacto.
No te inquietes por el futuro, Dios tiene todo en sus manos. Él sabe lo que realmente necesitas. Así que, no dudes, confía en los «envíos» divi¬nos y alaba a Dios, porque está continuamente derramando su amor sobre tu vida. Encara este nuevo año confiando en las entregas divinas. No te sueltes nunca de la mano poderosa de tu Dios. Él es tu único refugio.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera
Dios no deja de hacernos «envíos». ¡Y qué clase de «envíos»! Todos ellos son mensajes de paz que podemos encontrar en la Biblia. Unas veces nos amonestan, otras nos señalan el camino correcto o predicen el futuro, pero siempre, todos y cada uno de ellos, tienen como único objetivo nuestro bien.
Hoy, cuando acabamos de decir adiós al año recién concluido. Dios nos envía un mensaje claro y distinto: «Pongo ante ti una nueva oportunidad. Aprovecha cada segundo, cada minuto, cada jornada laboral, el tiempo que puedas dedicar a los tuyos, los momentos de meditación y oración. No dejes que pasen desapercibidos, opacados por el afán de la ratina diaria».
Gózate en este regalo que Dios te ofrece y haz de él una experiencia gratificante. El envió de Dios, su Hijo, llena de consuelo al afligido, lleva amor a los tristes, da ánimo a los quebrantados, confianza al inseguro y es la fuente de felicidad para ti y para tu familia.
Dios nunca se retrasa en sus entregas especiales. Solo tenemos que confiar en que sus bendiciones serán derramadas sobre nosotros si de todo corazón anhelamos la presencia de Cristo en nuestras vidas. Si Dios envió a su Hijo a su debido tiempo, confía en que también enviará lo que necesitas a su debido tiempo. No te preocupes por los plazos de Dios, sino asegúrate de que cuando él haga su entrega, tú te encuentres en la situación adecuada para recibirla.
Los líderes israelitas conocían las profecías que indicaban el tiempo de la venida del Mesías, sin embargo, no se hallaban en disposición de recibirlo porque sus corazones se hablan alejado de Dios. Pero esto no im¬pidió que el cielo hiciera su entrega en el momento exacto.
No te inquietes por el futuro, Dios tiene todo en sus manos. Él sabe lo que realmente necesitas. Así que, no dudes, confía en los «envíos» divi¬nos y alaba a Dios, porque está continuamente derramando su amor sobre tu vida. Encara este nuevo año confiando en las entregas divinas. No te sueltes nunca de la mano poderosa de tu Dios. Él es tu único refugio.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera
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