Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, y hermana. Mateo 12:50.
¿Cómo te sentirías si fueras el hermano del presidente de tu país? Doquiera fueras, por cualquier razón, todos comentarían y dirían en voz baja: "Ese es el hermano del presidente". Quizá recibirías un trato privilegiado. La gente intentaría encontrar algún parecido físico entre tú y tu hermano, o prestarían atención a tu voz o a tus palabras para ver cuánto te pareces.
Jesús, el Rey del cielo, se igualó con los seres humanos y nos aseguró que tiene hermanos y hermanas en la tierra. ¿Te gustaría ser uno de ellos? Piensa en Jesús como el Dios Creador del universo, que tiene a su disposición todos los recursos de la tierra, que es adorado por miles de millones de ángeles, el que recibe la honra y la gloria de seres de otras galaxias que jamás cayeron en pecado, y ese mismo Jesús te dice "tú eres mi hermano".
Para serlo, no tienes que haber nacido en algún lugar privilegiado, tampoco importan tus estudios o capacidad intelectual. No interesa cuántos deportes prácticas o si tus padres tienen mucho dinero: lo único que importa es hacer la voluntad de Dios.
Recuerda que hace muchos años se inició en el cielo una guerra entre el bien y el mal y Jesús, al mando de las huestes celestiales, venció a su enemigo y lo expulsó de allí. Tristemente esa guerra se trasladó a la tierra; y aunque Satanás se ensañó contra el Hijo de Dios durante sus treinta y tres años de vida, este se mantuvo firme. Su muerte, aunque pareció una derrota, fue seguida por la resurrección que marcó una nueva victoria para el cielo y una nueva esperanza para los seres de esta tierra.
Hoy la guerra continúa en tu corazón y en el mío; y Jesús nos invita a entregarnos a él por completo para reinar y ganar ese conflicto. Si aceptas el desafío, y permites que Jesús viva en tu corazón, verás que es un placer hacer la voluntad de Dios, y habrás pasado a ser hermano o hermana de Cristo. ¡Qué extraordinario! El Rey del cielo, el Creador de todo el universo, es nuestro Hermano. Agradécele en este día a Dios por ese hermoso privilegio.
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela
¿Cómo te sentirías si fueras el hermano del presidente de tu país? Doquiera fueras, por cualquier razón, todos comentarían y dirían en voz baja: "Ese es el hermano del presidente". Quizá recibirías un trato privilegiado. La gente intentaría encontrar algún parecido físico entre tú y tu hermano, o prestarían atención a tu voz o a tus palabras para ver cuánto te pareces.
Jesús, el Rey del cielo, se igualó con los seres humanos y nos aseguró que tiene hermanos y hermanas en la tierra. ¿Te gustaría ser uno de ellos? Piensa en Jesús como el Dios Creador del universo, que tiene a su disposición todos los recursos de la tierra, que es adorado por miles de millones de ángeles, el que recibe la honra y la gloria de seres de otras galaxias que jamás cayeron en pecado, y ese mismo Jesús te dice "tú eres mi hermano".
Para serlo, no tienes que haber nacido en algún lugar privilegiado, tampoco importan tus estudios o capacidad intelectual. No interesa cuántos deportes prácticas o si tus padres tienen mucho dinero: lo único que importa es hacer la voluntad de Dios.
Recuerda que hace muchos años se inició en el cielo una guerra entre el bien y el mal y Jesús, al mando de las huestes celestiales, venció a su enemigo y lo expulsó de allí. Tristemente esa guerra se trasladó a la tierra; y aunque Satanás se ensañó contra el Hijo de Dios durante sus treinta y tres años de vida, este se mantuvo firme. Su muerte, aunque pareció una derrota, fue seguida por la resurrección que marcó una nueva victoria para el cielo y una nueva esperanza para los seres de esta tierra.
Hoy la guerra continúa en tu corazón y en el mío; y Jesús nos invita a entregarnos a él por completo para reinar y ganar ese conflicto. Si aceptas el desafío, y permites que Jesús viva en tu corazón, verás que es un placer hacer la voluntad de Dios, y habrás pasado a ser hermano o hermana de Cristo. ¡Qué extraordinario! El Rey del cielo, el Creador de todo el universo, es nuestro Hermano. Agradécele en este día a Dios por ese hermoso privilegio.
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
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