El que oye diga: ¡Ven! 'Y el que tiene, sed, venga. El que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida (Apocalipsis 22:17).
En los tiempos del Nuevo Testamento, las mujeres estaban relegadas socialmente a un plano de inferioridad con respecto al varón. Se las consideraba como instrumentos para la procreación, útiles para poco más. Sin embargo, la historia de la mujer samaritana junto al pozo de Jacob llega a mi mente rompiendo barreras y presentando posibilidades amplísimas dadas por Jesús a las mujeres.
El sol del mediodía era abrasador. ¿Te has preguntado alguna vez por qué esta mujer escogió esta desventajosa hora para ir a sacar agua del pozo? La única explicación que existe es que era una mujer marginada, rechazada por la sociedad debido al tipo de vida que llevaba. No quería que la vieran. Pero aunque intentaba ocultar su pasado y su presente, descubrió que para Dios no hay nada oculto.
He aquí el encuentro de Jesús con esta mujer. Léelo detenidamente, puedes obtener lecciones valiosas para tu propia experiencia personal: «Cansado estaba Cristo del camino / cuando a la fuente de Jacob llego. / Desde Samaria la mujer que vino / de la fuente viva, agua le pidió. / ''Si conocieras la voz que te había / y que te dice: soy el don de Dios. / Tu clamarías: ¡Dame el agua viva, / cual fuente de vida que de Horeb broto!'"».
Cuando queremos echar mano de relatos bíblicos para saber cómo presentar el mensaje de salvación a las almas que vagan perdidas en las tinieblas del pecado, con frecuencia utilizamos este texto como manual de instrucción. Jesús, magistralmente y en forma muy sencilla, dejo un patrón digno de imitar para que las personas comprendan el plan de salvación. Pero hubo muchos otros sucesos de su vida que nos dejan una enseñanza maravillosa para saber cómo acercarnos a aquellos que aún no lo conocen.
El hecho de que Jesús hiciera esa larga caminata para encontrarse con aquella mujer me dice que si yo hubiese sido la samaritana, también Jesús habría hecho todo lo posible para encontrarse conmigo y brindarme la salvación. ¿Te parece importante para tu vida saber que Jesús hace cualquier cosa para encontrarse contigo?
El agua de vida sigue vertiendo su manantial de salvación.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera
En los tiempos del Nuevo Testamento, las mujeres estaban relegadas socialmente a un plano de inferioridad con respecto al varón. Se las consideraba como instrumentos para la procreación, útiles para poco más. Sin embargo, la historia de la mujer samaritana junto al pozo de Jacob llega a mi mente rompiendo barreras y presentando posibilidades amplísimas dadas por Jesús a las mujeres.
El sol del mediodía era abrasador. ¿Te has preguntado alguna vez por qué esta mujer escogió esta desventajosa hora para ir a sacar agua del pozo? La única explicación que existe es que era una mujer marginada, rechazada por la sociedad debido al tipo de vida que llevaba. No quería que la vieran. Pero aunque intentaba ocultar su pasado y su presente, descubrió que para Dios no hay nada oculto.
He aquí el encuentro de Jesús con esta mujer. Léelo detenidamente, puedes obtener lecciones valiosas para tu propia experiencia personal: «Cansado estaba Cristo del camino / cuando a la fuente de Jacob llego. / Desde Samaria la mujer que vino / de la fuente viva, agua le pidió. / ''Si conocieras la voz que te había / y que te dice: soy el don de Dios. / Tu clamarías: ¡Dame el agua viva, / cual fuente de vida que de Horeb broto!'"».
Cuando queremos echar mano de relatos bíblicos para saber cómo presentar el mensaje de salvación a las almas que vagan perdidas en las tinieblas del pecado, con frecuencia utilizamos este texto como manual de instrucción. Jesús, magistralmente y en forma muy sencilla, dejo un patrón digno de imitar para que las personas comprendan el plan de salvación. Pero hubo muchos otros sucesos de su vida que nos dejan una enseñanza maravillosa para saber cómo acercarnos a aquellos que aún no lo conocen.
El hecho de que Jesús hiciera esa larga caminata para encontrarse con aquella mujer me dice que si yo hubiese sido la samaritana, también Jesús habría hecho todo lo posible para encontrarse conmigo y brindarme la salvación. ¿Te parece importante para tu vida saber que Jesús hace cualquier cosa para encontrarse contigo?
El agua de vida sigue vertiendo su manantial de salvación.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera
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