Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí. (Gálatas 2:20).
El pueblo de Israel tenía como costumbre ponerle música a textos bíblicos, para que el mensaje que encerraban fuera transmitido de generación en generación. Esa hermosa tradición llega a nuestros días como un legado de nuestros padres, que permite que la Palabra penetre en nuestra mente a través de la música. Un ejemplo de esto es el himno que hoy comparto contigo basado en Gálatas 2: 20: «Con Cristo estoy también crucificado / desde que vi su muerte en el Calvario / y lo que soy en este mundo extraño / lo quiero ser, tan solo por amarle. /No vivo ya en el pecar de antaño / él vive en mí, y en su amor descanso / pues cada día, sin temor aguardo / el gran momento que por fin vendrá. / Solo la fe de Cristo me ha salvado de maldad, tinieblas y pecado. / Solo la te, mi vida ha renovado / y su raudal de luz me. ha llenado / Cristo me arna y por mí fue entregado / al cruel dolor, sufriendo mil escarnios. / Llevo por mí la pena y el agravio. / Quiero vivir tan solo para él».
Estas palabras encierran un mensaje especial: estar crucificado juntamente con Cristo significa más que profesar una creencia religiosa o pertenecer a una iglesia, e intentar guardar todos sus reglamentos. La continuación del texto explica más detalladamente el verdadero sentido de estar crucificado con Cristo: «Y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amo y se entregó a si mismo por mi» (Gal. 2: 20).
Podrás decirme: «Mira, yo soy demasiado pecadora, no me gusta hacer lo btie.no, ¿como, pues. lograre esta transformación?». Ayer hablábamos del milagro de la transformación redentora en Cristo. Hoy puedes experimentar esa transformación. No puedes lograrlo por ti misma, pues en seguida te rendirás, pero si puedes cada día mantener una relación de amistad con Jesús, quien se encargara de hacer lo que para ti es imposible.
Puedes ser una nueva criatura por el poder de Jesús. Solo aférrate a él y él no te soltara nunca porque te ama y por ti fue entregado. El Calvario de antaño, hace milagros modernos.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera
El pueblo de Israel tenía como costumbre ponerle música a textos bíblicos, para que el mensaje que encerraban fuera transmitido de generación en generación. Esa hermosa tradición llega a nuestros días como un legado de nuestros padres, que permite que la Palabra penetre en nuestra mente a través de la música. Un ejemplo de esto es el himno que hoy comparto contigo basado en Gálatas 2: 20: «Con Cristo estoy también crucificado / desde que vi su muerte en el Calvario / y lo que soy en este mundo extraño / lo quiero ser, tan solo por amarle. /No vivo ya en el pecar de antaño / él vive en mí, y en su amor descanso / pues cada día, sin temor aguardo / el gran momento que por fin vendrá. / Solo la fe de Cristo me ha salvado de maldad, tinieblas y pecado. / Solo la te, mi vida ha renovado / y su raudal de luz me. ha llenado / Cristo me arna y por mí fue entregado / al cruel dolor, sufriendo mil escarnios. / Llevo por mí la pena y el agravio. / Quiero vivir tan solo para él».
Estas palabras encierran un mensaje especial: estar crucificado juntamente con Cristo significa más que profesar una creencia religiosa o pertenecer a una iglesia, e intentar guardar todos sus reglamentos. La continuación del texto explica más detalladamente el verdadero sentido de estar crucificado con Cristo: «Y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amo y se entregó a si mismo por mi» (Gal. 2: 20).
Podrás decirme: «Mira, yo soy demasiado pecadora, no me gusta hacer lo btie.no, ¿como, pues. lograre esta transformación?». Ayer hablábamos del milagro de la transformación redentora en Cristo. Hoy puedes experimentar esa transformación. No puedes lograrlo por ti misma, pues en seguida te rendirás, pero si puedes cada día mantener una relación de amistad con Jesús, quien se encargara de hacer lo que para ti es imposible.
Puedes ser una nueva criatura por el poder de Jesús. Solo aférrate a él y él no te soltara nunca porque te ama y por ti fue entregado. El Calvario de antaño, hace milagros modernos.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera
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