martes, 7 de junio de 2011

EL ESTUDIO ES LO MEJOR

Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas. Edesiastés 9:10.

El primer año que enseñé la materia de Biblia en un colegio adventista no me fue fácil. Era un grupo numeroso y tenía algunos alumnos algo inquietos, los que representaban un gran desafío. Pero más allá de lo revoltosos que pudieran ser algunos, una meta que me propuse desde el comienzo fue lograr que un adolescente tomara la decisión de estudiar y lo hiciera.
Este muchacho ya había repetido un año y en el presente no mostraba mejoría respecto al año anterior, así que lo cité en numerosas ocasiones a mi oficina para ver si lograba algo. Como de palabra prometía mucho, pero nunca cumplía sus promesas, recurrí a los padres. Con algo de preocupación llegaron a mi oficina y les planteé el problema para ver si ellos podían ayudarme, pero para mi sorpresa, ellos estaban más desesperados que yo. La madre me dijo que no sabía qué hacer para que su hijo estudiara y hasta me preguntó: "Algunos me dicen que le ofrezca dinero por cada materia aprobada, ¿a usted qué le parece?"
Ningún método dio resultado, y este muchacho volvió a repetir el año de estudios y luego se fue del colegio.
La adolescencia y la juventud son tiempos de crecimiento y preparación. Es verdad que también las mayores distracciones del mundo están dirigidas al mismo grupo social, pero si pasas distraído por esa etapa, estarás perdiendo una de las oportunidades más valiosas que te da la vida: el estudio. Sé muy bien que a la mayoría de los jóvenes no les gusta estudiar, y lo digo por experiencia propia, ya que a mí tampoco me gustaba estudiar, pero aun así era consciente de que el mundo civilizado en el que vivimos, brinda las mejores oportunidades a los que tienen capacidad y estudio.
Más allá de lo que te pueda decir yo en este día, o de lo que te digan tus padres, profesores y amigos, si tú no estás convencido de que el estudio es lo mejor para tu vida, nadie te convencerá. Así ocurrió con el joven de la anécdota de hoy, y así ocurre siempre. Cada estudiante tiene que valorar la bendición del estudio, y si él mismo no lo ve así, de nada servirán los consejos.
Al referirse a toda la vida, el rey Salomón expresó: "Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas", y si lo parafraseara con respecto al estudio, diría así: "Todo el estudio que te propongan en el colegio, acéptalo según tus deseos", porque es imposible estudiar si no quieres. Por eso, si tienes la oportunidad de progresar académicamente, no la desprecies. Acepta el desafío intelectual, que Dios te ayudará.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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