Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido La buena parte, la cual no le será quitada. Lucas 10:42.
Si bien a lo largo de este mes hemos dedicado varios días a meditar sobre el buen uso del dinero, el tiempo es otro de los grandes dones que el Señor otorga a sus hijos, y que también requiere la sabiduría celestial para administrarlo correctamente.
Como con el dinero, el enemigo intentará corromper este don y procurará que toda persona malgaste su tiempo en cosas superficiales, que no le beneficien en ningún aspecto permanente de su vida. A veces, incluso nos coloca grandes tareas y realizaciones por delante, para que estas ocupen el tiempo que le corresponde solo a Dios.
El caso de María y Marta ilustra correctamente el segundo aspecto. Ese día se levantaron temprano y procuraron dejar toda la casa limpia y en orden porque esperaban visitas. Que el gran Maestro fuera a visitarlas y a comer en su hogar realmente era un honor, así que todo tenía que estar a punto para cuando él llegara.
Luego de un cordial saludo, Jesús se sentó en una silla porque venía cansado de un largo camino. Marta, como no había terminado sus tareas domésticas, continuó a toda prisa, procurando dejar la casa ordenada hasta el último detalle. María, claramente fascinada, se sentó a los pies de Jesús y escuchó cada palabra que decía. El Maestro de Galilea volcó sobre María grandes bendiciones espirituales, mientras Marta continuaba con sus quehaceres. En determinado momento, viendo la actitud cómoda que había asumido su hermana, Marta le reprochó al Invitado: "Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude". Jesús miró con cariño a la hermana trabajadora y le respondió: "Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada" (Lucas 10:40-42).
La tarea que Marta estaba haciendo era importante, pero mucho más importante era pasar tiempo a solas con Jesús. María tenía la escala de valores correcta: Jesús en primer lugar.
El enemigo pondrá en tu camino mucho estudio, trabajos prácticos, largas investigaciones y monografías, trabajo para ganar dinero y un sinfín de tareas y ocupaciones para que le restes tiempo a Jesús. Pero el gran ejemplo de María debe motivarte a darle el primer lugar a tu Salvador. Si así lo haces, tendrás la aprobación del mismo Maestro, que dirá: "Has escogido la buena parte, la cual no te será quitada".
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel
Si bien a lo largo de este mes hemos dedicado varios días a meditar sobre el buen uso del dinero, el tiempo es otro de los grandes dones que el Señor otorga a sus hijos, y que también requiere la sabiduría celestial para administrarlo correctamente.
Como con el dinero, el enemigo intentará corromper este don y procurará que toda persona malgaste su tiempo en cosas superficiales, que no le beneficien en ningún aspecto permanente de su vida. A veces, incluso nos coloca grandes tareas y realizaciones por delante, para que estas ocupen el tiempo que le corresponde solo a Dios.
El caso de María y Marta ilustra correctamente el segundo aspecto. Ese día se levantaron temprano y procuraron dejar toda la casa limpia y en orden porque esperaban visitas. Que el gran Maestro fuera a visitarlas y a comer en su hogar realmente era un honor, así que todo tenía que estar a punto para cuando él llegara.
Luego de un cordial saludo, Jesús se sentó en una silla porque venía cansado de un largo camino. Marta, como no había terminado sus tareas domésticas, continuó a toda prisa, procurando dejar la casa ordenada hasta el último detalle. María, claramente fascinada, se sentó a los pies de Jesús y escuchó cada palabra que decía. El Maestro de Galilea volcó sobre María grandes bendiciones espirituales, mientras Marta continuaba con sus quehaceres. En determinado momento, viendo la actitud cómoda que había asumido su hermana, Marta le reprochó al Invitado: "Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude". Jesús miró con cariño a la hermana trabajadora y le respondió: "Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada" (Lucas 10:40-42).
La tarea que Marta estaba haciendo era importante, pero mucho más importante era pasar tiempo a solas con Jesús. María tenía la escala de valores correcta: Jesús en primer lugar.
El enemigo pondrá en tu camino mucho estudio, trabajos prácticos, largas investigaciones y monografías, trabajo para ganar dinero y un sinfín de tareas y ocupaciones para que le restes tiempo a Jesús. Pero el gran ejemplo de María debe motivarte a darle el primer lugar a tu Salvador. Si así lo haces, tendrás la aprobación del mismo Maestro, que dirá: "Has escogido la buena parte, la cual no te será quitada".
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
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