Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada. 1 Pedro 1:25.
La Biblia llegó hasta el presente solo por la misericordia divina. Si hubiera sido por Satanás, hoy tendríamos fragmentos pequeños y una gran cantidad de mentiras y engaños en su lugar. Solo por la intervención milagrosa de Dios, la Biblia fue resguardada a través de los tiempos, para que llegara a los hogares de millones de personas para dar vida, luz, alegría y esperanza.
Si bien en el presente las Escrituras están casi universalmente aceptadas, esto no fue así en la historia humana. Instado por los sacerdotes papales, el rey Luis XIV ordenó que se mataran a todos los protestantes que había en Francia. El siglo XVIII es recordado en la historia mundial como un siglo de horror en este país europeo, ya que se asesinó a miles de hombres, mujeres y niños solo por su fe religiosa. "El poder ateo que gobernó a Francia durante la Revolución y el reinado del terror, hizo a Dios y a la Biblia una guerra como nunca la presenciara el mundo. El culto de la Deidad fue abolido por la asamblea nacional. Se recogían Biblias para quemarlas en las calles haciendo cuanta burla de ellas se podía. La ley de Dios fue pisoteada; las instituciones de la Biblia abolidas; el día del descanso semanal fue abandonado y en su lugar se consagraba un día de cada diez a la orgía y a la blasfemia. El bautismo y la comunión quedaron prohibidos. Y en los sitios más a la vista en los cementerios se fijaron avisos en que se declaraba que la muerte era un sueño eterno" (El conflicto de los siglos, pp. 316, 317).
Hoy, a siglos de aquellos tristes sucesos, la Biblia permanece olvidada en muchos hogares y bibliotecas, llena de polvo y abandonada sobre alguna repisa. La sociedad actual demuestra con sus hechos que "ha quemado" la Escritura en sus corazones. Si bien Francia no logró inculcar al mundo su fanatismo antibíblico, los hombres de hoy viven en un ateísmo práctico, recordando a Dios solo en dichos vulgares.
Pero más allá de lo que el hombre pueda proponer, legislar e intentar abolir, está el brazo divino que detiene toda la marea del mal que pueda producir Satanás. El que creó los cielos y la tierra, el que llamó a la vida a la humanidad, dijo: "La palabra del Señor permanece para siempre". Sí, la Biblia permanece hasta hoy porque Dios lo ha dicho, y su Palabra es más poderosa que todos los acuerdos que las naciones realicen en su contra.
Recuerda siempre que Dios nos ha llamado con una misión específica: exaltar las Escrituras con nuestro testimonio y ejemplo.
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel
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