miércoles, 12 de octubre de 2011

MENTIRAS, ENGAÑOS Y OTRAS FALSIFICACIONES

No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. Éxodo 20:16.

En uno de los colegios en los que trabajé, una madre vino a verme un día para conversar sobre su hija. Luego de la reunión de oración, ella pidió hablar a solas conmigo, e inició su conversación de la siguiente forma: "Capellán, debe ayudarme con mi hija. Ella lo aprecia mucho, le tiene confianza, por eso sus palabras pueden hacerle mucho bien. Además de que no estudia, elige las peores amistades y siempre nos desobedece; es sumamente mentirosa. Nos miente en todo lo que hace, y aunque muchas veces la atrapamos en la mentira, ella continúa con ese triste hábito". Tristemente, en el colegio también habíamos descubierto algunas de sus mentiras, y yo sabía que mis palabras no tendrían efecto si esta adolescente no permitía que el Espíritu Santo transformara su corazón.
Emitir un juicio falso como verdadero con intención de engañar, es mentir.
Dios, en su santa ley, nos pide que no hablemos contra nuestros semejantes "falso testimonio", lo cual adopta diferentes formas según la circunstancia que se viva.
Calumniar es "mentir contra el prójimo". Se transgrede el mandamiento al agregar, exagerar o mentir acerca de la vida, las palabras o algún hecho realizado por el prójimo. También hablamos contra el prójimo "falso testimonio" cuando decimos algo que puede parecer verdadero pero lo hacemos con engaño.
Pero existe un engaño que es mucho más peligroso y terrible: la mezcla de la verdad con el error. Esta fue el arma que utilizó Satanás para seducir a Eva y acarrear la ruina humana. La serpiente mintió cuando dijo: "No moriréis", porque desde ese momento y hasta hoy, la muerte está presente en cualquier parte del mundo. Pero, para que esa mentira tuviera apariencia de verdad, agregó: "El día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal" (Gen. 3:4, 5). Desde ese momento, todos los seres humanos tenemos una conciencia moral que nos ayuda a distinguir el bien y el mal.
Como cristianos, la verdad debe gobernar nuestra manera de hablar bajo cualquier circunstancia. "La verdad es de Dios; el engaño en sus miles de formas proviene de Satanás" (Profetas y reyes, p. 188, 189). Suplica diariamente la unción del Espíritu Santo y permítele que su poder guíe tus palabras.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

No hay comentarios:

Publicar un comentario