miércoles, 21 de diciembre de 2011

TODOS LOS OJOS LO VERÁN

He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén. Apocalipsis 1:7.

Unos religiosos que llegaba a dialogar con mi padre, ponían en duda su fe con respecto a la segunda venida visible de Cristo. "¿Cómo es posible —decían ellos— que se pueda ver a Jesús en todo el mundo al mismo tiempo? La rotación de la tierra, ¿no haría que se vea en solo la mitad del planeta, como ocurre con el sol?"
Mi padre solo se limitaba a citar: "He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá" y también: "Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo" (Hech. 1:11). Luego de citar esos versículos, mi padre les reafirmaba su fe en la Biblia al decir: "Yo no cuestiono lo que Dios nos reveló. Simplemente lo acepto".
Actualmente el hombre ha logrado realizar lo que parecía imposible a este par de religiosos. De tanto en tanto, a través del MSN me comunico con Alejandro, un amigo que es pastor en Estados Unidos. Es asombroso cómo, a pesar de que nos separan miles de kilómetros, ya que yo vivo en Argentina, podemos conversar, escuchándonos y mirándonos a través de nuestras cámaras web.
Pero más allá de la charla entre dos amigos, el mundo tiene la posibilidad de ver eventos importantes, no importa dónde se viva. El campeonato mundial de fútbol que se jugó en Corea y Japón en el año 2002 pudo verse en todo el planeta. Los partidos, que en Sudamérica tenían un horario inusual (entre las 2:00 y las 5:00 a.m.), se miraron hasta el final gracias a la televisión satelital, y Brasil pegó el grito de campeón que repercutió por toda la tierra.
Si el hombre logró, con su limitada inteligencia, que un espectáculo se viera en todo el mundo, ¿será imposible para Dios realizar lo mismo? Las Escrituras aseguran que "como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre" (Mat. 24:27; la cursiva ha sido añadida); además agrega que "entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria" (Lúe. 21:27; la cursiva ha sido añadida).
El Nuevo Testamento no deja dudas de que la venida de Jesús será visible y personal, y ¡qué alegría será vernos cara a cara con nuestro Rey!

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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