martes, 25 de septiembre de 2012

TU ESPINA DORSAL


«Le dijo: "Señor, mi criado está en casa enfermo, paralizado y sufriendo"» (Mateo 8:6).

Ya llevamos bastante tiempo juntos en esta aventura, caminando y caminando. La mayoría de la gente se siente agotada tras haber caminado tanto como nosotros. ¿No te alegra estar tan cansado de tanto caminar? ¿Qué? ¿No lo entiendes? Hay gente que en esta vida no puede caminar. Fíjate en el siervo del versículo de hoy. Hay gente que está paralizada y no puede ni moverse. Esto ocurre cuando existe algún daño en la espina dorsal.
La espina dorsal baja por la columna vertebral, y a través de ella corren nervios que llevan la información que el cuerpo necesita para funcionar incluyendo la información que necesita para caminar.  Si tu espina dorsal está dañada, no podrás caminar.
La oración es como la espina dorsal por la que fluye información y amor de parte de nuestro Padre celestial hacia nosotros. Si hablamos con él diariamente en oración recibiremos todo lo que necesitamos para vivir nuestras vidas para él. No hagas nada que pueda dañar tu conexión con Jesús. Él te ama y quiere ayudarte a caminar para él cada día. Eso es algo que puedes hacer aunque estés en una silla de ruedas.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

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