Y les decía: La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. Lucas 10:2.
Una de las experiencias más impactantes que me tocó vivir fue la del colportaje. No fue una tarea fácil, pero sí muy enriquecedora. Durante cuatro veranos me interné en pequeños pueblos, busqué alojamiento en escuelas o en casas de familia, y dediqué mi tiempo a vender libros que contenían el mensaje de salvación.
Todavía recuerdo un hogar al que llegué. Ésa iba a ser la última casa por visitar, ya que el sol había declinado y estaba oscuro. Luego que me atendieron, me identifiqué como estudiante y brevemente relaté en qué consistía mi labor. Una vez en el hogar, los padres y un hijo atendieron cada palabra como si fuera la última que escucharían. Al terminar, después de comprar la colección de libros, la madre preguntó: "¿Cuándo van a establecer una iglesia adventista en este lugar? Desde hace mucho, vienen jóvenes como usted vendiendo literatura, pero en todos estos años jamás abrieron una iglesia. ¿Cuándo lo van a hacer?"
Yo no podía creer lo que estaba escuchando. ¡Que haya personas interesadas en que la Iglesia Adventista tenga presencia en su medio!
Y tú, ¿ya pensaste qué hacer en las próximas vacaciones? ¿Se te ocurrió dedicar ese tiempo para que otros conozcan al Salvador? Yo sé que, para muchos, dedicar las vacaciones al colportaje es un sacrificio muy grande, pero si lo comparas con el sacrificio que realizó Jesús al morir en la cruz por tus pecados, comprenderás que es casi insignificante.
Hay personas que jamás escucharán el evangelio a menos que un colportor llame a su puerta. Fíjate en esta cita: "Los libros alcanzarán a personas a quienes no se puede llegar de otra manera, personas que viven lejos de todo centro grande de población. Yo denomino a estos los oyentes de los vallados. A los tales nuestros colportores han de llevarles estos libros que contienen el mensaje de salvación" (El colportor evangélico, p. 59, la cursiva ha sido añadida).
Dios desea que tengas éxito académico y profesional, y al fortalecer tu salud espiritual serás bendecido en las otras áreas de tu vida. Al trabajar por otros te bendices a ti mismo, ya que cuando Jesús dijo: "Más bienaventurado es dar que recibir" (Hech. 20:35) no lo dijo pensando en el que recibe, sino en el que da. Las personas que viven en "lo último de la tierra" (Hech. 1:8) están esperando tu labor misionera. Anímate a dedicar unas vacaciones para Jesús.
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel
Una de las experiencias más impactantes que me tocó vivir fue la del colportaje. No fue una tarea fácil, pero sí muy enriquecedora. Durante cuatro veranos me interné en pequeños pueblos, busqué alojamiento en escuelas o en casas de familia, y dediqué mi tiempo a vender libros que contenían el mensaje de salvación.
Todavía recuerdo un hogar al que llegué. Ésa iba a ser la última casa por visitar, ya que el sol había declinado y estaba oscuro. Luego que me atendieron, me identifiqué como estudiante y brevemente relaté en qué consistía mi labor. Una vez en el hogar, los padres y un hijo atendieron cada palabra como si fuera la última que escucharían. Al terminar, después de comprar la colección de libros, la madre preguntó: "¿Cuándo van a establecer una iglesia adventista en este lugar? Desde hace mucho, vienen jóvenes como usted vendiendo literatura, pero en todos estos años jamás abrieron una iglesia. ¿Cuándo lo van a hacer?"
Yo no podía creer lo que estaba escuchando. ¡Que haya personas interesadas en que la Iglesia Adventista tenga presencia en su medio!
Y tú, ¿ya pensaste qué hacer en las próximas vacaciones? ¿Se te ocurrió dedicar ese tiempo para que otros conozcan al Salvador? Yo sé que, para muchos, dedicar las vacaciones al colportaje es un sacrificio muy grande, pero si lo comparas con el sacrificio que realizó Jesús al morir en la cruz por tus pecados, comprenderás que es casi insignificante.
Hay personas que jamás escucharán el evangelio a menos que un colportor llame a su puerta. Fíjate en esta cita: "Los libros alcanzarán a personas a quienes no se puede llegar de otra manera, personas que viven lejos de todo centro grande de población. Yo denomino a estos los oyentes de los vallados. A los tales nuestros colportores han de llevarles estos libros que contienen el mensaje de salvación" (El colportor evangélico, p. 59, la cursiva ha sido añadida).
Dios desea que tengas éxito académico y profesional, y al fortalecer tu salud espiritual serás bendecido en las otras áreas de tu vida. Al trabajar por otros te bendices a ti mismo, ya que cuando Jesús dijo: "Más bienaventurado es dar que recibir" (Hech. 20:35) no lo dijo pensando en el que recibe, sino en el que da. Las personas que viven en "lo último de la tierra" (Hech. 1:8) están esperando tu labor misionera. Anímate a dedicar unas vacaciones para Jesús.
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
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Por David Brizuel
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