miércoles, 22 de febrero de 2012

ALGO NUEVO

Olviden las cosas de antaño; ya no vivan en el pasado. ¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Isaías 43:18,19; NVI

¿Has notado cuánta fuerza tiene la costumbre? Hacemos las cosas sencillamente porque otros las hacen; o como los demás las hacen.
Un ejemplo de mi vida ilustra muy bien esta realidad. Durante muchos años, usé la tradicional hoja de afeitar para rasurarme. Mi padre así lo hacía, y también mis tíos, mi hermano mayor, y mis amigos. En mi opinión, no había nada mejor.
Cierto día mi esposa me regaló una máquina eléctrica, pero la guardé en un cajón durante meses. Hasta que un día decidí probarla. ¿El resultado? Nunca más usé la dichosa hoja de afeitar. Se acabaron las cortaduras. Se acabaron las incomodidades. ¿Por qué demoré tanto en darme cuenta?
El poder que tiene la costumbre también lo ilustra el siguiente relato, del libro For the Gradúate. God's Guidance for the Road Ahead [Para el graduado. La conducción divina para el camino futuro], 2002).
Un jovencito observa que su hermana corta los bordes de la tortilla antes de cocinarla. Curioso, le pregunta:
—¿Por qué cortas los bordes de la tortilla antes de cocinarla?
—Porque así lo hace mamá.
Todavía curioso, pregunta a su mamá:
—Mami, ¿por qué cortas los bordes de la tortilla antes de cocinarla?
—Oh, porque así lo hace mamá.
No muy convencido, va entonces a la abuela:
—Abuelita, ¿por qué ellas cortan los bordes de la tortilla antes de cocinarla?
—No sé por qué lo hacen ellas —dijo la abuelita, sonriendo—. Yo lo hacía porque mi sartén era muy pequeña y la tortilla no cabía.
Y tú, ¿en qué áreas de tu vida todavía sigues «cortando los bordes de la tortilla» ? ¿Qué cambios tienes que introducir en tu manera de hacer las cosas para aprovechar mejor el tiempo, superarte en los estudios, desarrollar tus talentos o perfeccionar tus destrezas? Como bien lo expresa Bryan Dodge: ¿Qué aprendiste ayer que podrías aplicar hoy de modo que puedas hacer las cosas de manera diferente mañana?.
Por supuesto, la idea no es cambiar solo por cambiar. Es hacer las cosas cada vez mejor. Es procurar la excelencia. Es crecer y desarrollarte física, intelectual y espiritualmente. ¿No fue esto lo que Jesús nos enseñó con su ejemplo?
Dios quiere hacer algo nuevo en tu vida. Es más, ya está sucediendo. ¿No te das cuenta?

Padre Celestial, has tu obra, tu nueva obra en mi corazón.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

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