jueves, 16 de febrero de 2012

LA TENTACIÓN Y LAS CUCARACHAS: ¿EN QUÉ SE PARECEN?

Huye de las pasiones de la juventud. 2 Timoteo 2:22.

¿En qué se parecen las tentaciones a las cucarachas? Por lo menos en tres aspectos. Están en todas partes, existen en todos los tamaños y aparecen cuando uno menos las espera. Ya se trate de la tentación de copiar en el examen, o de la tentación sexual, o de la tentación a perder los estribos cuando tu equipo está abajo en el marcador, las tentaciones suelen acometernos en el momento más inesperado.
¿Qué debes hacer para enfrentarlas (me refiero a las tentaciones, no a las cucarachas)? Una conocida historia ilustra muy bien este punto.
Un hombre quería contratar los servicios del mejor chofer para que transportara a su familia. Hizo público su deseo, y entonces aparecieron tres candidatos que aseguraban ser expertos de la conducción. Los reunió a los tres, y a cada uno le hizo la misma pregunta: «¿Por qué piensa usted que es la persona indicada para ser el chofer de mi familia?». El primero, queriendo impresionar, respondió que podía conducir el auto muy cerca de un precipicio, sin caer por él. El segundo, para no quedarse atrás, dijo que podía acercarse a apenas centímetros del precipicio, sin que le pasara nada al vehículo. El tercero se limitó a decir: «Caballero, para seguridad de su familia, yo mantendría el vehículo tan lejos del precipicio como me sea posible».
¿Quién obtuvo el trabajo? Por supuesto, el tercero, el conductor que prefirió no jugar con el peligro. Elena G. de White lo expresó de esta manera: «No procures saber cuan cerca del precipicio puedes andar sin caer en él. Evita la primera aproximación al peligro. No se puede jugar con los intereses del alma. [...]. No debe haber una sola desviación de la reserva, pues un solo acto de familiaridad, una sola indiscreción, puede exponer el alma a la perdición, al abrir la puerta a la tentación y debilitar el poder de resistencia» (El hogar cristiano, p. 367).
¿Conclusión? Por lo menos dos cosas están claras. Una es que, al igual que las cucarachas, la tentación estará en todas partes. La otra es que, si no quieres caer en tentación, tendrás que mantenerte lo más alejado posible del precipicio.
Padre mío, dame la sabiduría y el valor necesarios para mantenerme tan lejos como pueda de la tentación.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

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