«El Todopoderoso ha clavado en mí sus flechas, y el veneno de ellas me corre por el cuerpo» (Job 6:4).
¡Flechas venenosas! Eso da miedo. ¿Sabías que las flechas venenosas de verdad existen? En serio. Los indígenas de Centro y Sudamérica las usan para cazar aves y animales para comer ¿Sabes cómo elaboran las flechas venenosas? Te voy a dar el secreto.
Hay unas ranas llamadas «ranas punta de flecha» que viven en la jungla, cuya piel está cubierta de un líquido venenoso. Los indígenas humedecen sus flechas con la piel de estas ranas y estas inmediatamente se vuelven venenosas.
Satanás también lanza flechas venenosas. La Biblia dice en Efesios 6:16 que nosotros debemos ponernos el escudo que nos «libre de las flechas encendidas del maligno» (NVI). El escudo de la fe nos protegerá de cualquier flecha que Satanás nos lance. Tener fe significa creer que Jesús murió por nosotros, que nos ama y que nos salva. Así que no tienes que preocuparte por las flechas de Satanás. Si creemos en Jesús, nuestro protector; no hay ningún peligro. Las flechas caerán al piso y jamás nos dañarán.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush
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