«Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa» (Isaías 11:10).
No sé cómo a alguien se le pudo ocurrir la idea de que cada semana, cuando llega el sábado, Dios nos quita algo bueno. Por lo menos algunos lo ven de esa manera. No obstante, los casados no consideran que su aniversario sea la negación de nada bueno. Por ejemplo, suponga que es su aniversario y usted y su cónyuge tienen previsto salir. Pero yo voy y digo:
—Oigan, ¿por qué no vienen los dos a mi casa esta noche?
Inmediatamente, usted me contestaría:
—No, gracias.
—¿Qué sucede, no les caigo bien? —protestaría yo.
Y usted respondería:
—¡Claro que nos cae bien! Pero esta noche es nuestro aniversario de boda y queremos salir.
El aniversario del sábado es nuestro tiempo con Dios. Es nuestro. El mundo quiere compartir el sábado con nosotros, pero no debemos dejar que eso suceda. ¿Ha trabajado duro esta semana? Le voy a dar una buena noticia: en seis días o menos se librará de la rutina. Saber que no tenemos que soportarlo durante más de seis días ayuda a sobrevivir. Jesús invita a todos los que están cansados a descansar en él (Mat. 11: 28).
Un hombre vio que un profesor participaba en los juegos infantiles de unos niños. Se echó a reír y le preguntó al profesor por qué desperdiciaba su tiempo con una actividad tan frívola. El profesor respondió tomando un arco, soltando la cuerda y volviéndolo a poner en el suelo. Entonces dijo al criticón:
—Ahora resuelva el acertijo, si es que puede... Díganos qué implica que el arco no tenga cuerda.
El hombre lo miró unos instantes, pero no tenía ni idea de a qué se refería el profesor. El profesor explicó:
—Si mantiene un arco en tensión constante, llegará un momento en que se romperá; pero si suelta la cuerda y permite que se enderece, cuando lo necesite, estará en mejor condición.
Cuando Dios «reposó de toda su obra» (Gen. 2:3), estableció una pauta para nosotros. Deberíamos tomarnos su ejemplo muy en serio. Por tanto, reserve cada sábado como un tiempo especial para reposar físicamente y para renovarse espiritual y emocionalmente, Si dedica tiempo a «aflojar el arco», estará en las mejores condiciones para el Señor. Basado en Mateo 12:8
Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill
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