sábado, 14 de abril de 2012

TÚ Y ÉL


Toda la tierra te adorará y cantará a ti; cantarán a tu nombre (Salmo 66:).

Cada día y cada mañana disfrutamos de todas las bendiciones y privilegios que nuestro Dios nos concede, a pesar de que prácticamente ni nos damos cuenta de ellos. Lamentablemente, por lo general no vemos ni apreciamos las bellezas naturales que nos rodean, debido a que el mundo está lleno de tinieblas y dolor.
Por eso, yo te aconsejo: ten una cita con el Señor cada mañana. No importa si es tan solo de quince minutos, o tal vez de una hora. Habla con él, dile y cuéntale cada uno de tus planes para el día. Antes de empezar tus actividades cotidianas escucha el hermoso canto de alabanza de los pajarillos; deléitate escuchando sus trinos, porque ellos dan gloria a Dios. Observa cómo se van disipando las tinieblas y va apareciendo el nuevo día. Percibe la frescura de la mañana. Cuando menos lo pienses, habrás pasado un buen rato con Jesús, habrás orado y te habrás fortalecido para empezar un nuevo día. Salir de casa o acometer las tareas diarias sin esa cita previa con nuestro Dios, es un riesgo demasiado grande, pues por nosotras mismas no siempre podemos afrontar los obstáculos que se van presentando en nuestro camino.
Recuerda, querida hermana, el siguiente consejo: «Presenta a Dios tus necesidades, gozos, tristezas, cuidados y temores. No puedes agobiarlo ni cansarlo [...]. Su amoroso corazón se conmueve por nuestras tristezas y aun por nuestra presentación de ellas. Ninguna cosa es demasiado grande para que él no pueda soportarla; él sostiene los mundos y gobierna todos los asuntos del universo. Ninguna cosa que de alguna manera afecte nuestra paz es tan pequeña que él no la note. No hay en nuestra experiencia ningún pasaje tan oscuro que él no pueda leer, ni perplejidad tan grande que él no pueda desenredar. Ninguna calamidad puede acaecer al más pequeño de sus hijos, ninguna ansiedad puede asaltar el alma, ningún gozo puede alegrar, ninguna oración sincera escapar de los labios, sin que el padre celestial esté al tanto de ello, sin que tome en ello interés inmediato» (Mente carácter y personalidad t. 2  p. 127).
¡Que Dios te bendiga, y que puedas tener la experiencia de pasar los primeros momentos del día en oración!

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Enedelia García Sánchez 

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