«Sus arqueros me rodearon. Sin piedad me perforaron los riñones, y mi hígado se derramó por el suelo» (Job 16:13, NVI).
A mí me encanta tomar agua, ¿y a ti? Que rica es el agua cuando está fresca y limpia. Yo tengo una jarra especial en mi refrigerador que filtra el agua que recojo del grifo, pues el agua de mí casa no sabe tan bien, pero cuando la echo en esta jarra, el filtro hace que sepa deliciosa.
¿Sabías que nosotros también tenemos unos filtros especiales en nuestro cuerpo? Se llaman riñones. Los riñones filtran las sustancias tóxicas que podrían llegar a la sangre. La mayoría de los adultos tienen casi cinco litros de sangre en los conductos que la transportan por todo el cuerpo. Los riñones limpian un litro de sangre cada nueve minutos. Sin duda son unos filtros rápidos y poderosos.
Satanás está tratando de envenenar nuestro mundo con el pecado, pero Jesús no quiere que nosotros caigamos víctimas de su veneno. Si estudiamos la palabra de Dios cada día y permanecemos cerca de Jesús, él tiene el poder para mantenernos limpios y puros, de la misma manera en que nuestros riñones mantienen nuestro cuerpo limpio y puro. Permanece cerca de Jesús y deja que él «filtre» el pecado de tu vida.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush
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