No temas, porque yo te redimí, te puse nombre mío eres tú. (Isaías 43:1).
Me gustaría que mi hijo recordara siempre lo importante que él es para mí, y que nunca olvidara que su llegada representó un acontecimiento muy especial en mi vida. Desde el mismo momento en que me hice la prueba de embarazo y resultó positiva, ya comencé, a amarlo. Aquel fue un suceso inolvidable: estaba experimentando algo nuevo y emocionante vinculado a la novedad de ser madre. Le doy gracias a Dios por permitirme ese gran privilegio.
Siempre presentí que mi bebé sería varón. No sé por qué lo dispuso así, pero me agradó mucho la idea. Aunque su papá era el encargado de escoger un nombre, yo le sugerí que por favor le pusiera Samuel, porque para mí ese nombre significaba mucho. Al igual que Ana, yo también le había pedido a mi Dios que me diera un hijo, lo deseaba con todas mis fuerzas, y él me lo dio. Cuando supe que Dios me había contestado, consideré que aquel era el más precioso regalo que el Señor hubiera podido darme. Decidí que trataría en lo posible de entregárselo a él y que lo educaría en sus caminos, como hizo Ana con su hijo.
A mi papá le gustó mi sugerencia y lo llamamos Elvis Samuel. Esperamos que, al crecer, su nombre le ayude a recodar que él pertenece a Dios. Se lo entregamos al Señor cuando nació, y aunque no sé cuál será su profesión, espero que siempre sea un fiel servidor del Señor Jesucristo.
Que sea un varón de Dios como lo fue Samuel el profeta y que sea un buen hombre como su padre; un hombre honrado y de bien. Deseamos que nuestro hijo recuerde también el que representa un hermoso regalo que un día Dios nos entregó.
Que maravilloso es saber, mediante el texto de hoy, que antes que nuestros padres pensaran en nuestro nacimiento ya el Señor nos había puesto nombre. Igualmente, es un privilegio saber que con su ayuda podremos vivir a la altura del nombre que llevamos.
Amiga deseo que Dios pueda bendecirte y que nunca olvides su amor y cuidado, ya que eres su especial tesoro.
Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Zunilde Marceno es fisioterapeuta.
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