Y ahora es el momento oportuno. 2 Corintios 6:2
Cuando yo era adolescente, soñaba con el día cuando finalmente cumpliría la mayoría de edad. Imaginaba ese mundo de los adultos como lo máximo de la vida. Y ese día finalmente llegó: ¡Era mayor de edad! Pero, ¿sabes qué? La emoción no duró mucho. Entonces pensé en lo feliz que sería al tener mi primer automóvil. Y logré tenerlo. Fue muy emocionante. Pero después de algún tiempo, la emoción pasó y fue reemplazada por otro anhelo: completar mis estudios universitarios. Y me gradué, pero la emoción también solo duró unos pocos días.
Así viví durante unos cuantos años, soñando que lo mejor de la vida estaba reservado para mí en algún momento del futuro. Pero no funcionó. No me daba cuenta de que al vivir soñando con lo bueno que traería el mañana estaba dejando de disfrutar las cosas buenas del hoy.
A estas alturas de mi vida, ya no tengo ese problema. Pero debo admitir que me hubiera gustado entender mucho tiempo antes lo que desde la antigüedad expresó el poeta romano Horacio en la conocida frase Carpe diem («aprovecha el día»). Y por supuesto, también me hubiera gustado comprender en mis días juveniles el significado de nuestro texto de hoy: «Este es el día en que el Señor ha actuado: ¡estemos hoy contentos y felices!» (Sal. 118:24).
Conclusión: lo bueno que tiene la vida es para disfrutarlo hoy, no mañana. Porque, como bien dijo Ornar el Persa:
«Hay en la vida cuatro cosas que no regresan:
La palabra dicha
La flecha disparada
La vida pasada La oportunidad desperdiciada».
(Jacob M. Braude, Speaker's Enciclopedia of Stories, Quotations and Anecdotes [La enciclopedia de relatos, citas y anécdotas del orador], p. 271).
Por lo tanto, joven lector, HOY ES EL DÍA para...
- Disfrutar de tu familia, de tus amigos y para ser buen amigo.
- Desarrollar los talentos que Dios te ha dado.
- Recrearte sanamente practicando tu deporte favorito.
- Brindar ayuda a alguien en necesidad.
- Cuidar tu cuerpo y tu mente.
- Dar lo mejor de ti en cada actividad que emprendas.
En resumen, este es el día para que disfrutes de todo lo bueno que Dios te ha dado. No dejes para mañana lo que puedes hacer HOY.
Padre celestial, agradezco todas tus bendiciones. Con tu ayuda, me propongo disfrutarías HOY.
Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala
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