jueves, 19 de julio de 2012

EN LA CASA DE MI PADRE


En la casa de mi Padre muchas moradas hay, si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me voy y os preparo lugar, vendré otra vez y os tomaré a mí mismo, para que donde yo esté, vosotros también estéis (Juan 14:2-3).

Vivimos en un mundo en el que cada vez hay más violencia, más maldad e ingratitud. También observamos guerras, hambres, inundaciones, terremotos, enfermedades y un sinfín de acontecimientos que son señales de los sucesos que adelantó el Señor en su sermón profético.
En cierta ocasión mi esposo celebró una «Semana de Vida Familiar» en una de sus congregaciones. En algún momento formuló una pregunta a las familias presentes: «¿Por qué sufre la gente?». Esa interrogante surge por lo general en los momentos en que la enfermedad, una crisis, o una tragedia tocan a la puerta.
Nosotras sabemos quién es el autor de todos los males que afectan a este mundo. Lo triste es que el responsable es ¡uno de los hijos más destacados de Dios! Un ser que fue creado perfecto y colocado en un entorno ideal. La Biblia dice que Lucifer fue creado como un querubín perfecto, hasta que se halló en él maldad (ver Eze. 28:15). Sus propósitos nunca han sido buenos, sino todo lo contrario.
Sus malos deseos sin duda se enfocan en las familias, porque estas son las fraguas donde se forjan los hijos y el carácter. La Palabra de Dios afirma que el diablo está lleno de ira y, aunque en la cruz fue vencido y condenado, continúa destruyendo y dañando al mundo y a sus habitantes.
Jesús predijo todos esos acontecimientos. Sin embargo, él no nos dejó abandonados, sino que nos reafirma en la bendita esperanza: viviremos eternamente con él y con su familia celestial. Cristo subió al cielo a preparar un hogar para tu familia y para la mía. Allí no habrá más sufrimientos, ni llanto, ni dolor. Tampoco habrá más preocupaciones, enfermedades, ni muerte, porque el Señor borrará el mal de raíz.
Te invito a compartir esta bendita esperanza con quienes te rodean. No importa lo que suceda en el mundo hoy o mañana: Cristo viene por nuestras familias, ¿está lista la tuya para encontrarse con él?

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Norma Karla Escobar.

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