sábado, 11 de agosto de 2012

GANANCIA QUE ES PÉRDIDA


«Sean vuestras costumbres  sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora, pues él dijo: "No te desampararé ni te dejaré"» (Hebreos 13:5).

¿Qué estaría dispuesto usted a hacer a cambio de diez mil dólares? Dos tercios de un grupo de encuestados estarían de acuerdo con al menos una, si no varias, de las posibilidades siguientes:

  • abandonaría a toda su familia (25%),
  • abandonaría su iglesia (25%),
  • se prostituirían durante una semana o más tiempo (23%),
  • renunciarían a la nacionalidad (16%),
  • se separarían de su cónyuge (16%),
  • dejarían en libertad a un asesino por no testificar en un juicio (10%),
  • matarían a un desconocido (7%) o darían a sus hijos en adopción (3%).

Aquí tiene el resultado de la Codicia. La Codicia es el deseo excesivo de adquirir o poseer más de lo que se necesita o se merece, en particular referido a las riquezas materiales. Otra palabra para hablar de avaricia es «egoísmo».
Por cierto, no piense que solo los ricos son codiciosos. La codicia es una actitud. Uno de los problemas a los que se enfrentan los que deben acudir a los refugios para gente sin hogar es que tienen que vigilar constantemente lo poco que poseen para que ningún otro se lo robe.
Cierto día, uno de los que escuchaba a Jesús le planteó una pregunta que era a la vez egoísta y trivial. Después de una concienzuda discusión sobre las graves dificultades que les deparaba el futuro, «le dijo uno de la multitud: "Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia"» (Luc. 12: 13).
Ese personaje acababa de oír a Jesús predicando a la multitud y su rotunda reprensión a los escribas y los fariseos y se dio cuenta de que hablaba con tal autoridad que nadie se atrevía a discutir con él. Pensó que, con toda seguridad, Jesús avergonzaría a su hermano para que fuera más generoso con él.
Jesús debió decepcionarse mucho al ver que las solemnes verdades espirituales que les había enseñado no habían calado en la mente ni en el corazón de ese hombre. Su único pensamiento era obtener la herencia. Eso es codicia.
Estimado lector, ¿qué ocupa su mente y su corazón? Basado en Lucas 12:13-15

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

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