domingo, 19 de agosto de 2012

«SEGÚN SEA SU OBRA»


«¡Vengo pronto!, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra» (Apocalipsis 22:12).

A causa de la crisis que nos azota, no es extraño ver una casa o un edificio de oficinas que están prácticamente acabados pero abandonados por falta de dinero. Estoy seguro de que, detrás de cada edificio vacío podríamos encontrar una historia de esperanzas y sueños truncados. Todo proyecto abandonado representa una derrota.
Hay muchas sinfonías inconclusas o inacabadas, pero la más común es la n°8 en sí menor, (1822, D759), de Schubert: «la Sinfonía Inconclusa». Nadie sabe por qué motivo la 8ª sinfonía de Schubert quedó por terminar (completó dos movimientos y dejó esbozos para el scherzo). Se han imaginado razones románticas para explicarlo, pero lo más probable es que Schubert o bien la olvidara o bien la abandonara.
Que la historia de la higuera estéril esté inconclusa tiene un motivo. El propietario esperó tres años a que la higuera estéril le diera frutos, pero no consiguió ni uno, ni un solo higo... Muchos disfrutan de los privilegios del evangelio y no hacen nada en absoluto para honrar a Dios o agradecerle que se los otorgara.
Los tres años de ministerio público de Cristo tocaban a su fin y la paciencia de Dios con los muchos que disfrutaban del evangelio pero no daban su fruto se había extendido hasta la agonía.  ¡Cuántas veces ha venido Dios a nosotros en busca de fruto y no ha encontrado nada, casi nada o menos que nada!  Además de no dar fruto, aquella higuera desaprovechaba un suelo precioso, le robaba el espacio a un árbol fértil y era una molestia para todos los que se encontraban a su alrededor. A menudo, los que no hacen el bien causan daño con su influencia o su mal ejemplo. Además, cuanto mayor es y más se extiende el árbol, mayor es el daño que puede causar.
El veredicto del propietario fue: «Córtenla». Cuando de un árbol estéril se trata, no se puede esperar ningún otro veredicto que no sea cortarlo y echarlo al fuego como leña. Con toda razón, ¿por qué ocupaba un pedazo de suelo? ¿Por qué debería ocupar un lugar en la viña? Aquí tiene la pregunta sin responder. Usted tiene la respuesta. Basado en Lucas 13: 6-9

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

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