lunes, 24 de septiembre de 2012

PANES CUADRADOS


Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan. (Lucas 11:28).

Todo comenzó con un sueño que tuvo mi padre. En el sueño, él iba caminando por una calle cuando un ángel bajo del cielo y lo puso en las manos un pan cuadrado.  Más tarde fue llevado a un lugar donde había muchos panes de forma cuadrada y de diferentes tamaños, que él debía compartir.  Ese sueño hizo que papá se quedara pensando en su significado.
Un sábado, uno de los proveedores de mi padre no llegó al comercio a cobrar una fractura, y aquel era el día señalado para atender a los proveedores.  La semana siguientes mi padre tomó a aquel hombre del brazo y le dijo: «Señor, yo no pago hoy, sino únicamente los sábados.  Así que explíqueme por qué usted no vino a cobrar el día indicado».  Aquella fue la oportunidad para que mi padre recibiera el mensaje de salvación.  Escuchó atentamente el testimonio de aquel hermano y decidió conocer más acerca de Dios y de su día de reposo.
Una vez en la iglesia, un hermano lo animó a que se dedicara a colportar, por lo que mi papá decidió ir de vista a la agencia de publicaciones.  Allí le llamó la atención ver que dos obras estaban arrinconadas sin venderse: El Deseado De Todas Las Gentes y El Conflicto de los Siglos.  Había muchísimo ejemplares.  Mi padre dijo: «Denme esos libros, yo los voy a vender todos».  Al director de colportaje se le hizo difícil creer que aquel novato iba a vender aquellos libros que llevaban tanto tiempo almacenados.  Si embargo, papá insistió, por lo que le entregaron unos pocos para hacer una prueba.  ¡Los vendió todos!
Es maravilloso pensar que Dios nos llama a cada uno en forma individual.  Papá siempre vivió convencido de que aquellos libros con el mensaje de salvación que vendió durante más de cuarenta años, era los panes cuadrados de diferentes tamaños que el ángel le mostró en aquel sueño.  Quizá Dios ponga hoy en tu camino a alguien que necesita conocer al Señor.  «Jesús les respondió: “Yo soy el pan de vida.  El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás”».  (Juan 6:35)

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Margarita Calixto Pertuz

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