Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. (Salmos 91:11)
Salía de la universidad y me dirigía a casa. Aún no había
oscurecido, así que decidí caminar, ya que no vivía tan lejos. A la mitad del
camino observé que tres jóvenes altos y robustos venían hacia mí. Al verlos
pensé en cruzar la calle, pero no me dieron tiempo a hacerlo. Uno se puso
detrás de mí y los otros dos al frente. Era un asalto. Me tomaron con fuerza de
las manos, para despojarme de alguna joya. Al percatarme de lo que estaba
sucediendo empecé a gritar, ya que estaba muy asustada. Uno de ellos me agarró
por el cabello y me tiró al suelo. Fue entonces cuando empecé a orar y a pedir
la ayuda de Dios.
En cuestión de segundos los vecinos de una casa cercana abrieron
la puerta. Al darse cuenta, los maleantes me arrebataron la cartera y salieron
huyendo. Los dueños de la casa me ayudaron a entrar y me ofrecieron agua. Fueron
como ángeles que me fortalecieron en mi desesperación. Me permitieron hacer una
llamada a mi casa para que vinieran a buscarme. Pero la historia no termina
ahí, porque minutos más tarde los malhechores rondaban la cuadra a bordo de un
vehículo, quizá esperando encontrarme, quién sabe con qué intenciones. Hoy día,
cada vez que camino por las calles, invoco constantemente la promesa: «Sus
ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos». «Si en
nuestra ignorancia damos pasos equivocados, el Salvador no nos abandona. No
tenemos nunca por qué sentirnos solos. Los ángeles son nuestros compañeros. El
Consolador que Cristo prometió enviar en su nombre mora con nosotros. En el
camino que conduce a la ciudad de Dios, no hay dificultades que no puedan
vencer quienes en él confían. No hay peligros de que no puedan verse libres. No
hay tristeza, ni dolor, ni flaqueza humana para la cual él no haya preparado
remedio» (El ministerio de curación, p. 192).
Hoy, con toda certeza te puedo decir: ¡Dios cuidará de ti! ¡Ojalá
que esta frase resuene en tu mente al dar inicio y al llevar a cabo todas tus
actividades!
Tomado de
Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados
por Edilma de Balboa
Por Fabiola Elizabeth Velásquez
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