lunes, 19 de noviembre de 2012

LA LIMPIEZA DIVINA


Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. (Isaías 1:18).

Tengo una blusa de seda de color gris. Como es tan liviana, me resulta agradable ponérmela. Sin embargo, no la uso a menudo porque cualquier mancha, por insignificante que sea, se nota de inmediato, incluso una gota de agua. Por ese motivo trato de ser muy cuidadosa cuando la traigo puesta. Pero por más cuidado que ponga me resulta muy difícil terminar el día con la blusa intacta. Sin embargo, me consuela saber que se verá muy bien una vez que la lave.
Esto me lleva a reflexionar sobre la vida del cristiano. Iniciamos el día colocándonos en las manos de Dios y pidiendo su bendición; comenzamos con una hoja en blanco. Sin darnos cuenta, a medida que pasan las horas nos vamos distrayendo y nos alejamos de la presencia de Dios. Quizá algo desagradable nos despoja del gozo con el que iniciamos el día. El pecado nos lanza sus manchas. Pero en la misma forma que la blusa quedará limpia al lavarla, así también podemos acudir a Jesús y pedirle que nos lave con su preciosa sangre.
«La larga y negra lista de nuestros delitos está ante los ojos del Infinito. El registro está completo; ninguna de nuestras ofensas ha sido olvidada. Pero el que oyó las súplicas de sus siervos en lo pasado, oirá la oración de fe y perdonará nuestras transgresiones. Lo ha prometido, y cumplirá su palabra» (Patriarcas y profetas, cap. 18, p. 179).
Acércate a Jesús cada momento, confiesa tus pecados, él está dispuesto a perdonarte. «Todos los que traten de ocultar o excusar sus pecados, y permitan que permanezcan en los libros del cielo inconfesos y sin perdón, serán vencidos por Satanás» (Patriarcas profetas, cap. 18, p. 178).
Comienza el día confesando tus pecados al Señor y aceptando el generoso perdón que te ofrece. Cambia lo que tengas que corregir y luego olvida lo que queda atrás. ¡Prosigamos con esperanza y gozo, dando gracias a Jesús por perdonarnos y aceptarnos como somos!

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Coty de Calderón

No hay comentarios:

Publicar un comentario