Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada. (Proverbios 31:30).
En este mundo, el aspecto físico es de gran importancia. Los concursos de belleza presentan a las mujeres más hermosas como modelos a imitar, transmitiendo así una idea distorsionada de la verdadera belleza.
La Biblia nos describe en Proverbios 31 a una mujer excepcional. Grandes atributos la coronan, trasciende toda apariencia física, porque en su alma mora el mismo Dios, quien es la fuente de todo lo bello. Algo interesante es que este proverbio no se refiere a una mujer en concreto, puesto que todas podríamos mostrar estas virtudes mediante la ayuda del Espíritu Santo. Al analizar sus rasgos veremos que ella es:
- Valiosa: «Su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas».
- Fiel; «El corazón de su marido está en ella confiado, le da ella bien y no mal todos los días de su vida».
- Hacendosa: «Con voluntad trabaja con sus manos».
- Servicial: «Se levanta aún de noche y da comida a su familia, y ración a sus criadas».
- Diligente: «Ve que van bien sus negocios; su lámpara no se apaga de noche».
- Generosa: «Alarga su mano al pobre, y extiende sus manos al menesteroso».
- Previsora: «No tiene temor de la nieve por su familia, porque todos están vestidos de ropas dobles».
- Valiente: «Fuerza y honor son sus vestiduras; y se ríe de lo por venir».
- Prudente: «Abre su boca con sabiduría, y la ley de la clemencia está en su lengua».
- Respetada: «Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada».
- Amada: «Y su marido también la alaba».
Padre de amor, ayúdanos a ser mujeres virtuosas que reflejan la belleza de tu carácter.
Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Dulce Montoya
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