viernes, 28 de diciembre de 2012

EN EL MOMENTO PRECISO


Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. (Salmo 40:1).

Anhelaba reiniciar mis estudios universitarios, ya que los había abandonado cuando me quedé embarazada de mis hijas, y se me había hecho imposible continuarlos. Esperé y oré a Dios, preguntándome cuándo sería el momento adecuado. Hice varias diligencias en diferentes oportunidades y la respuesta fue negativa.
Mi esposo obtuvo su licenciatura en Teología y fue invitado a trabajar en la capital de nuestro país, Caracas. Entonces dije: «Ahora sí que ha llegado mi oportunidad». Inicié nuevamente los trámites y la respuesta de nuevo fue negativa.
Para aquel tiempo a mi madre le detectaron un cáncer de mama avanzado, por lo que yo debía cuidarla todas las tardes. Así pasé con ella los cuatro años que duró su tratamiento. Eso lo hice con todo el amor, la buena voluntad y el cuidado que una madre merece; pero no olvidaba mi anhelo de continuar estudiando.
En el año 2000 solicité ser admitida a un programa de Pedagogía, pero no tuve éxito. Por momentos pensé que Dios no escuchaba mis oraciones. Sin embargo, no me di por vencida. Al año siguiente le dije a mi esposo que aquel año comenzaría a estudiar de una forma u otra. Él se preguntaba quién iba a cuidar a mi mamá, pero yo le respondí que ya nos arreglaríamos.
Ya en el 2001 presenté todas las pruebas de admisión al mismo programa de Pedagogía y no solo fui admitida, sino que obtuve una beca. Yo saltaba de alegría y le pedí perdón a Dios, a la vez que le agradecía por responder mi oración a su tiempo. Mi preocupación ahora era respecto al cuidado de mi madre. Sin embargo, mi madre fue empeorando, y quince días antes del inicio de las clases falleció. Sufrí y lloré muchísimo, pero en todo le di gracias a Dios porque él es quien dirige y controla mi vida y permite que las cosas sucedan a tiempo.
Amiga, no te desesperes si estás a la espera de una respuesta que has procurado durante muchos años. Espera pacientemente en Jehová y él hará grandes maravillas. Yo no solo me gradué, sino que obtuve el mejor promedio de mi promoción. ¡Y todo lo debo a él!

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Ana de Jesús Da Rocha

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