Lamec tuvo dos mujeres. Una de ellas se llamaba Ada, y la otra Zila (Génesis 4:19).
Lamec fue el primer hombre que, según el Comentario bíblico adventista, «pervirtió el matrimonio, tal como fue establecido por Dios, convirtiéndolo en la concupiscencia de los ojos y en la concupiscencia de la carne». Si Lamec fue el sexto hombre después de Adán, entonces la contagiosa enfermedad del pecado se extendió con extrema rapidez, y la corrupción humana se consumó muy pronto.
Los nombres de las mujeres de Lamec sugieren que la razón por la cual buscó dos esposas fue la atracción sexual. Ada significa «adorno», y Zila significa «sombra» o «tintineo». Indudablemente eran muy atractivas.
Además, Lamec ha tenido muchos imitadores. Uno de ellos se llamó Acentus Akuku, oriundo de Kenia. Cuando murió, sus familiares recurrieron a las redes sociales para convocar a todos sus parientes al funeral. Lo que ocurría es que Acentus se había casado con más de cien mujeres y tenía más de doscientos hijos, aunque nadie sabe la cantidad exacta.
A Akuku lo apodaban «Danger» (peligro) y era toda una celebridad en su país. Se casó con su primera esposa en 1939. La segunda llegó poco tiempo después, y así se convirtió en polígamo a la edad de veintidós años. Solo le sobreviven doce de las más de cien esposas que tuvo. Su último matrimonio se celebró en 1992. Debido a la gran cantidad de hijos que engendró, fundó dos escuelas primarias tan solo para educar a su descendencia. Algo similar sucedió con la iglesia a la que asistía la familia.
Para los kenianos, Danger representaba el último gran icono de la masculinidad, porque tenían el mismo concepto incorrecto que existe en otros lugares en cuanto a los varones. Pero la verdad es otra, como dijo en su canción «Hombre» el cantautor mexicano José María Napoleón: «No el que tiene más mujeres, ni el que bebe más y aguanta, sino el que tiene una sola y una sed para calmarla».
Dios creó a una mujer para un hombre. Es la disposición divina para la institución del matrimonio. Cualquier otra fórmula es invención de Lamec y sus seguidores. Y como en el caso de Lamec, toda explicación y justificación de la poligamia es falsa. La única razón básica para practicarla es «la concupiscencia de los ojos y la soberbia de la vida».
Casarse legalmente con dos o más mujeres todavía es posible en algunos países. Pero hay quienes viven con muchas mujeres, soñando y fantaseando con toda mujer atractiva que pasa junto a ellos. Cuida tu mente y tu corazón. Recuerda que las decisiones que tomes determinarán tu destino eterno.
Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez
Lamec fue el primer hombre que, según el Comentario bíblico adventista, «pervirtió el matrimonio, tal como fue establecido por Dios, convirtiéndolo en la concupiscencia de los ojos y en la concupiscencia de la carne». Si Lamec fue el sexto hombre después de Adán, entonces la contagiosa enfermedad del pecado se extendió con extrema rapidez, y la corrupción humana se consumó muy pronto.
Los nombres de las mujeres de Lamec sugieren que la razón por la cual buscó dos esposas fue la atracción sexual. Ada significa «adorno», y Zila significa «sombra» o «tintineo». Indudablemente eran muy atractivas.
Además, Lamec ha tenido muchos imitadores. Uno de ellos se llamó Acentus Akuku, oriundo de Kenia. Cuando murió, sus familiares recurrieron a las redes sociales para convocar a todos sus parientes al funeral. Lo que ocurría es que Acentus se había casado con más de cien mujeres y tenía más de doscientos hijos, aunque nadie sabe la cantidad exacta.
A Akuku lo apodaban «Danger» (peligro) y era toda una celebridad en su país. Se casó con su primera esposa en 1939. La segunda llegó poco tiempo después, y así se convirtió en polígamo a la edad de veintidós años. Solo le sobreviven doce de las más de cien esposas que tuvo. Su último matrimonio se celebró en 1992. Debido a la gran cantidad de hijos que engendró, fundó dos escuelas primarias tan solo para educar a su descendencia. Algo similar sucedió con la iglesia a la que asistía la familia.
Para los kenianos, Danger representaba el último gran icono de la masculinidad, porque tenían el mismo concepto incorrecto que existe en otros lugares en cuanto a los varones. Pero la verdad es otra, como dijo en su canción «Hombre» el cantautor mexicano José María Napoleón: «No el que tiene más mujeres, ni el que bebe más y aguanta, sino el que tiene una sola y una sed para calmarla».
Dios creó a una mujer para un hombre. Es la disposición divina para la institución del matrimonio. Cualquier otra fórmula es invención de Lamec y sus seguidores. Y como en el caso de Lamec, toda explicación y justificación de la poligamia es falsa. La única razón básica para practicarla es «la concupiscencia de los ojos y la soberbia de la vida».
Casarse legalmente con dos o más mujeres todavía es posible en algunos países. Pero hay quienes viven con muchas mujeres, soñando y fantaseando con toda mujer atractiva que pasa junto a ellos. Cuida tu mente y tu corazón. Recuerda que las decisiones que tomes determinarán tu destino eterno.
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