Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero (Salmo 119:105).
Los libros, como casi todas las cosas, tienen un período de vida; nacen, crecen, envejecen y mueren. En la historia de la humanidad han existido libros asombrosamente longevos e influyentes. Uno de los más extraordinarios es el Almagesto. Claudio Ptolomeo de Alejandría (astrónomo, matemático y geógrafo) terminó de escribirlo en el 150 d. C, y es un manual astronómico que sirvió como guía de observaciones para los astrónomos árabes y europeos hasta el siglo XVII. ¿Te lo imaginas? ¡El Almagesto se mantuvo vigente durante casi quince siglos! ¡Casi mil quinientos años! Su título original, en griego, es Mathimatikí syntaxis [Composición matemática] porque establece la trigonometría necesaria que permitió a Ptolomeo explicar y predecir los movimientos del Sol, la Luna, los planetas, y 1,022 estrellas. Fue tan influyente que se lo llamó I megáli syntaxis [La gran sintaxis]. El nombre Almagesto es una corrupción de su nombre árabe, Al-Majisti, del griego superlativo I megísti, que significa sencillamente «el más grande».
El Almagesto tenía un defecto. Argumentaba que la Tierra se encontraba en el centro del universo y el Sol giraba alrededor de ella. Cuando Nicolás Copérnico demostró exactamente lo contrario en su obra cumbre, Sobre las revoluciones de los orbes celestes, escrita entre 1507 y 1532, el Almagesto recibió la herida de muerte.
Existe un libro todavía más grande. La Biblia se terminó de escribir un poco antes del año 100 d. C. También es un manual, no para explicarnos cómo observar y entender los movimientos de las estrellas, sino para viajar más allá de estas. Dios es su autor último y, por lo tanto, la Biblia nunca morirá.
Ningún libro ha sido tan publicado o leído. De acuerdo con el sitio oficial de las Sociedades Bíblicas Unidas, solamente en 2009 se distribuyeron 29,391,276 Biblias y ha sido traducida a 2,508 idiomas. Según la revista Business Week, a lo largo de la historia se han vendido un total de dos mil quinientos millones de Biblias. Otros investigadores, como Russell Ash, opinan que una cifra más real es superior a los seis mil millones de ejemplares vendidos. El segundo libro más vendido (Citas del presidente Mao Zedong, conocido como el Libro Rojo) está lejos en comparación, con probablemente unos dos mil millones de ejemplares, y luego el Corán, con ochocientos millones.
La Biblia es un libro extraordinario. Léela, estúdiala, atesórala. ¡Es tu manual para viajar más allá de las estrellas! Permite que la Biblia te transforme para viajar más allá del Sol y las galaxias. Comienza hoy tu entrenamiento.
Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
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Por Félix H. Cortez
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