miércoles, 6 de marzo de 2013

COMIENZA A ENSAYAR


Y oí a cuanta criatura hay en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra y en el mar, a todos en la creación, que cantaban: «¡Al que está sentado en el trono y al Cordero, sean la alabanza y la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos!». Apocalipsis 5:13.

Cuando leo en la Palabra de Dios las descripciones de nuestra vida en la tierra nueva, lo que más disfruto es la participación activa que tendremos en ese nuevo escenario. Sembraremos, comeremos de nuestras cosechas, alabaremos al Señor con voces perfectas como miembros del coro celestial, entre muchas otras cosas.
En el libro de Apocalipsis, en la descripción de la tierra nueva que Juan vio en visión, encontramos la siguiente expresión: «Cantaban con todas sus fuerzas» (Apoc. 5:12). ¡Qué maravilloso momento! Cantaremos con todas nuestras fuerzas... ¿Alguna vez has cantado así? El coro celestial estará integrado por todos los salvados; tú y yo podremos participar. El único requisito será tener en el corazón una alabanza constante. No nos preocupemos ahora por las voces imperfectas que tenemos, pues nuestro Salvador las perfeccionará maravillosamente.
Amiga, nuestra vida terrenal es una extensión de la vida eterna en el reino de Dios. Hoy es cuando comienza la eternidad, y también deben iniciar nuestra alegría y nuestro regocijo por todo lo que pronto sucederá. Ese cántico de alabanza debe comenzar a generarse ahora mediante una actitud de contentamiento y gratitud, de tal manera que sobrepase las fronteras de nuestra alma y salga a torrentes por nuestros labios. Ahora comienza el ensayo del canto más hermoso que jamás haya escuchado oído humano: «¡Digno es el Cordero, que ha sido sacrificado, de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la fortaleza y la honra, la gloria y la alabanza!» (Apoc. 5:12).
Reúnete con tu familia, con tus amigas, con los miembros de la comunidad cristiana que habita este planeta, ¡y ensaya, ensaya, ensaya! Alabemos con todas nuestras fuerzas, de tal manera que ahuyentemos de nosotras el pesimismo, las preocupaciones banales y la incertidumbre que cubre este planeta con un manto lúgubre. Generemos con nuestro canto optimismo, esperanza, seguridad y fe en nosotras mismas, en nuestros amados y en todos los que viven lejos del Redentor. Comienza a cantar junto con las aves que surcan el cielo cada amanecer. ¡Esa es la tarea de hoy! ¡Hazla! ¡Alaba, canta! ¡Dios está contigo!

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

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