Fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios (1 Corintios 6:20).
¿Te agrada tu cuerpo? ¿Te aceptas cómo eres? ¿Alguna vez has pensado que Dios no es tan buen Diseñador después de mirarte al espejo? Lo interesante es que la Biblia nos invita a honrar al Señor con nuestro cuerpo. En la actualidad, para muchos el cuerpo es un objeto de culto. Hay una obsesión por embellecerlo y gastar grandes cantidades de dinero con el fin de que tenga buen aspecto. Cada año aparecen nuevos estilos de moda en peinados y vestidos, así como todo tipo de accesorios para hombres y mujeres. Pero esa no es la forma en que Dios nos ha pedido que lo honremos a través de nuestro cuerpo.
Por otro lado, también parece que el cuerpo es el objeto central de los placeres humanos. Muchos jóvenes creen que la vida es para divertirse y que hay que pasarlo bien a toda costa con tal de experimentar todo tipo de complacencias. Así es como, en el afán de saborear todo tipo de satisfacciones, dan vía libre a la glotonería o se involucran en relaciones sexuales prematrimoniales, lo cual acanta, a veces consecuencias que nunca imaginaron.
Creo que el ejercicio es una buena forma de honrar a Dios con tu cuerpo. Uno de los grandes beneficios que te da el ejercicio, además de contribuir a que disfrutes de una buena salud, es que te ayuda a desarrollar el dominio propio. Los atletas son personas muy disciplinadas. Además, están obligados a desarrollar actitudes positivas para obtener mejores resultados. Así que esta actividad contribuye a que seas una mejor persona en este mundo.
Otra de las formas de honrar a Dios con el cuerpo es no contaminándolo con sustancias psicotrópicas, como bebidas alcohólicas, tabaco y drogas. Un joven que no cuida su cuerpo de estas sustancias está destinado al fracaso. Todavía no puedo creer cómo Whitney Houston, una mujer con una de las voces más privilegiadas de la historia reciente, echó a perder su carrera por su adicción al alcohol y las drogas. Su muerte, el 11 de febrero de 2012, conmocionó al mundo y, al mismo tiempo, nos recordó los nefastos resultados de quienes insisten en seguir este camino.
El uso que le damos a nuestro cuerpo revela nuestros ideales personales. En realidad, seguir a Cristo exige una entrega total al Señor, incluyendo nuestro cuerpo. Recuerda que cuando llegues al reino de los cielos recibirás un cuerpo celestial, pero si no supiste administrar uno terrenal, será más que evidente tu incompetencia para morar junto a los redimidos.
Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez
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