Lugar: Tailandia
Palabra de Dios: Salmo 115:3-7
En el año 1955, un grupo de hombres estaba trasladando una gran estatua de Buda de un lugar a otro. La estatua pesaba más de cinco toneladas, así que tuvieron que usar una grúa para levantarla. Durante el traslado, algo sucedió, y la estatua de Buda se cayó al suelo.
Se rompieron algunos pedazos de yeso, dejando la estatua parcialmente dañada. Pero, cuando se cayó el yeso, los trabajadores vieron más abajo algo de color dorado brillante. Así fue como descubrieron que era un Buda dorado, ¡hecho de oro puro! Alguien lo había recubierto con una capa de yeso, probablemente para protegerlo de soldados enemigos.
Actualmente, los visitantes pueden admirar la estatua en Wat Traimit, el templo del Buda de oro. La estatua tiene más de 700 años de antigüedad y es la imagen de oro de Buda más grande del mundo. Tiene más de 4,5 metros de altura y más de 3,5 metros de diámetro.
Cinco toneladas de oro. ¡Eso es bastante impresionante! Pero, sin importar cuan espléndida sea la estatua, eso es todo lo que es: una estatua. No puede hacer nada fuera de estar sentada allí. Porque "nuestro Dios está en los cielos y puede hacer lo que le parezca. Pero sus ídolos son de oro y plata, producto de manos humanas. Tienen boca, pero no pueden hablar; ojos, pero no pueden ver; tienen oídos, pero no pueden oír; nariz, pero no pueden oler; tienen manos, pero no pueden palpar; pies, pero no pueden andar; ¡ni un solo sonido emite su garganta!."
No pongas tu confianza en objetos hechos por los hombres; no los adores. Como dice el texto bíblico, no pueden hablar, ver, oír, sentir, caminar o hablar. Solamente nuestro Dios en el cielo es todopoderoso y omnisapiente. Él es el único que merece alabanza y adoración. ¡Alaba al Señor; él es Dios!
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson
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