Lugar: Luisiana, EE.UU.
Palabra de Dios: Apocalipsis 21:18,19,21.
Habían construido su casa con dinero, miles y miles de dólares en efectivo. Los billetes verdes estaban por todas partes. Pero, a sus peludos habitantes no les importaba. Los castores habían encontrado billetes mojados, y decidieron usarlos. Así es como sucedió.
Un ladrón, de alguna manera, logró escapar con 70 mil dólares en efectivo. Tiró las bolsas con dinero a un arroyo cercano, planificando volver a buscar el dinero más tarde. Pero, los castores lo encontraron antes. Entretejiendo los billetes mojados con palitos y malezas, se construyeron una linda represa. No rompieron los billetes, solamente los usaron.
Cuando las autoridades se enteraron de que el ladrón había arrojado el dinero al arroyo, fueron a investigar. Y entonces fue cuando descubrieron el dique lleno de dinero, construido por par de inocentes castores. Los castores habían estado viviendo allí, rodeados de riqueza... pero eso no les importaba en lo más mínimo.
¿Alguna vez leíste la descripción de la Nueva Jerusalén de Apocalipsis 21? Esto es lo que dice: "La muralla estaba hecha de jaspe, y la ciudad era de oro puro, semejante a cristal pulido. Los cimientos de la muralla de la ciudad estaban decorados con toda clase de piedras preciosas" Y allí enumera todas las piedras preciosas: jaspe, zafiro, ágata, esmeralda, ónice, cornalina, crisólito, berilo, topacio, crisoprasa, jacinto y amatista. "Las doce puertas eran doce perlas, y cada puerta estaba hecha de una sola perla. La calle principal de la ciudad era de oro puro, como cristal transparente".
¿No suena increíble? ¡Y pensar que nosotros viviremos allá! Pero ¿sabes qué? Al igual que los castores, no nos importará la riqueza que nos rodea. Lo mejor de estar allá será que viviremos con Jesús.
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson
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