Dichoso el siervo cuando su señor, al regresar, lo encuentra cumpliendo con su deber. Les aseguro que lo pondrá a cargo de todos sus bienes (Mateo 24: 46, 47).
El 19 de mayo de 1780 acabó siendo conocido como el «día oscuro en Nueva Inglaterra». Puedes leerlo en Wikipedia. Dice lo siguiente: «Día oscuro en Nueva Inglaterra se refiere a un evento sobrenatural que sucedió el 19 de mayo de 1780, en el que se observó un inusual oscurecimiento del cielo a pleno mediodía en la región de Nueva Inglaterra. Profesores de la Universidad de Missouri creen que la causa principal fue la combinación del humo de un incendio forestal, una delgada niebla y un día nublado. Pero la oscuridad fue tanta que necesitaron usar velas desde el mediodía hasta la noche, y no se dispersó hasta la medianoche siguiente».
¿Qué habrías hecho si hubieras vivido en Nueva Inglaterra en ese tiempo? Tú estás tranquilo ese día 19 de mayo de 1780. De repente, a medio día, las tinieblas se apoderan del sol. El cielo se oscurece y todo lo que ves te induce a pensar en el fin del mundo.
Ese día el pleno de la asamblea legislativa de Connecticut estaba reunido en sesión. Habría sido asombroso verlo, ¿verdad? De repente, el sol se puso rojo, el cielo se oscureció y pensaron en encender las velas para alumbrarse en la oscuridad.
Todos se llenaron de temor. Pensaron que era el fin del mundo. Entonces acudieron a un devoto cristiano llamado Abraham Davenport, miembro de la asamblea y le preguntaron: «¿Suspendemos la sesión? ¿Regresamos a casa con nuestras familias para esperar el fin? ¿Será este el Día del Juicio que el mundo espera?».
Mira qué dijo Abraham Davenport: «Si es o no el fin, no lo sé; solo sé que mi deber y el mandamiento de mi Señor es "negociad entretanto que vengo". De modo que el puesto que me ha dado en su providencia es donde decido quedarme hasta verlo cara a cara. No seré un siervo infiel, atemorizado en mi deber, sino listo estaré cuando el Señor de la cosecha llame. De modo que con toda reverencia diría que dejemos que Dios haga su obra y nosotros nos encarguemos de la nuestra. Traigan las velas». Y eso fue lo que hicieron.
Mientras esperas la venida de Jesús, estudia, trabaja, haz planes para casarte. Nada de eso es contrario al mensaje bíblico. Al contrario, un espíritu de indolencia y ociosidad previo a su regreso a este mundo no tiene su aprobación.
Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez
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