Pero él respondió: «Les aseguro que si ellos se callan, gritarán las piedras» (Lucas 19:40).
Las misiones extranjeras de los adventistas del séptimo día comenzaron a pesar de la actitud de algunos de sus miembros. La distribución de las primeras publicaciones adventistas inspiró a los inmigrantes a enviarlas a sus familiares en sus países de origen. Como resultado, a principios de la década de 1860 surgieron conversos en otros países. Para fines de 1864 África ya tenía al menos dos creyentes, y uno de ellos pronto llevaría el mensaje a Australia.
Le gustara o no, la Iglesia Adventista recién organizada se enfrentaba al desafío de las misiones extranjeras. No solo había conversos sino que estos pedían que enviaran misioneros a enseñarles. Como ocurrió en otras ocasiones, Jaime White fue el primero que comprendió la necesidad de implementar una misión más amplia del mensaje adventista. Un mes antes de la organización de la Asociación General, en mayo de 1863, escribió: «Nuestro mensaje es mundial». Y pocos meses antes de eso ya había señalado la necesidad de enviar un misionero a Europa. Luego, en junio de 1863, la Review and Herald informó que la Junta Directiva de la Asociación General podría enviar a B. E Snook como misionero a Europa antes del fin de 1863.
Si bien la organización andaba tan escasa de personal que no podía prescindir de B. F Snook, había un ministro que estaba más que ansioso de hacer el viaje. En 1858, Michael Belina Czechowski (exsacerdote católico polaco que en 1857 se había convertido al adventismo del séptimo día en Estados Unidos) escribió: «Cómo me gustaría viajar a mi país natal al otro lado del mar, y hablarles de la venida de Jesús y de la gloriosa restitución, y que deben guardar los mandamientos de Dios y la fe de Jesús».
Pero Czechowski era nuevo en la fe y, según algunos, su personalidad no era la adecuada. Como resultado, la Iglesia Adventista se negó a enviarlo. Muy frustrado, el decidido polaco pidió a los adventistas del primer día que lo apoyaran. Y lo apoyaron. Pero cuando Czechowski llegó a Europa, predicó el mensaje adventista del séptimo día. La iglesia adventista está llena de gente interesante. Dios nos utiliza a todos a pesar de nuestros fallos obvios. Tenemos que estar agradecidos a Dios, nuestro Padre, por su gracia inagotable que nos capacita para cumplir su misión a pesar de todo. Gracias a Dios que no se da por vencido a pesar de que somos tan lentos en cumplir su voluntad.
Deja que Dios le utilice hoy, comparte tu luz con alguien que la necesita.
Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez
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