sábado, 18 de mayo de 2013

LOS DOS CAMINOS

Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. Mateo 7:13,14.

Estos caminos son distintos, están separados y van en direcciones opuestas. Uno conduce a la vida eterna y el otro a la muerte. Vi la distinción entre ambos caminos y también la distinción entre quienes andaban por ellos. Los caminos eran totalmente opuestos. Uno era ancho y llano; el otro áspero y estrecho. Así, quienes por ellos iban eran opuestos en carácter, conducta, porte y conversación.
Los que van por el camino estrecho hablan de la alegría y la felicidad que les aguardan al fin de la jornada. Su aspecto es a menudo triste, pero a veces brilla con sagrado y santo gozo... Un "varón de dolores, experimentado en quebranto", les abrió el camino y por él anduvo. Sus seguidores ven sus huellas y al verlas se consuelan y animan. Él llegó a salvo al destino, y también ellos podrán llegar a salvo si siguen sus huellas.
En el camino ancho, todos piensan en sí mismos, en su ropa y en los placeres del camino. Se entregan libremente a la hilaridad y algazara, sin pensar en el término de la jornada, donde les aguarda segura destrucción. Cada día se acercan más a su nefasta suerte; sin embargo, se apresuran locamente, cada vez con más rapidez.
¿Por qué es tan difícil vivir una vida abnegada, humilde? Porque los cristianos profesos no están muertos al mundo. Es más fácil vivir para Cristo después de estar muertos al mundo. Desean ser tan parecidos al mundo como les sea posible, a la vez que se los considera cristianos. Los tales buscan subir de otro modo... La tierra los atrae. Sus tesoros les parecen valiosos. Encuentran lo suficiente para ocupar la mente, y no tienen tiempo para prepararse para el cielo...
Tanto los jóvenes como los viejos descuidan el estudio de la Biblia y no lo convierten en su regla de vida. Ese libro importante por el cual han de ser juzgados casi no se lo estudia del todo. Se leen atentamente historias vanas, en tanto que la Biblia es pasada por alto, descuidada. Vendrá un día cuando todos querrán estar cuidadosamente equipados por las sencillas verdades de la Palabra de Dios...
Cuando las verdades de la Biblia afectan el corazón, causan un deseo de separarse del mundo, de ser como el Maestro. Los que se familiarizan con el manso y humilde Jesús, caminarán de una manera digna de él.— Signs of the Times, de abril de 1880.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White

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