Lugar: Nueva Jersey, EE.UU.
Palabra de Dios: Genesis 1:3-5
¿Cuántas veces enciendes la luz, sin pensar en lo que estas haciendo? ¿Cuántas bombillas eléctricas tienes en tú casa? Muchas veces, damos por sentado el tener luz, pero si hubieras nacido unos doscientos años atrás, habrías tenido que usar una vela o un lámpara de kerosen para iluminarte.
Tomas Edison patentó la bombilla eléctrica el 27 de enero de 1880. Había estado trabajando en su laboratorio de Menlo Park, Nueva Jersey, y de acuerdo con el, probó «no menos de seis mil tallos vegetales, y registró el mundo en busca del material más apropiado para el filamento». Pero, finalmente lo logró. La bombilla producía un débil resplandor rojizo, y brilló durante trece horas.
Edison fue un gran inventor, que registró 1.093 patentes, pero puso mucho trabajo en sus inventos. Como se mencionó antes, le llevó por lo menos seis mil intentos hacer que la bombilla de luz brillara.
En comparación, todo lo que Dios tuvo que hacer fue hablar. Génesis 1:3 nos dice: «Y dijo Dios: ‘¡Que exista la luz!’ Y la luz llegó a existir». El Señor no necesitó experimentar con miles de opciones; el sabía lo que estaba haciendo. Y el también sabía que, sin luz, tú y yo no podríamos vivir. De hecho, todas las plantas morirían; ni los animales sobrevivirían.
La Biblia continua diciendo: «Dios consideró que la luz era buena y la separó de las tinieblas. A la luz Ia llamó `día’, y a las tinieblas, `noche’. Y vino la noche, y llegó la mañana: ese fue el primer día».
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson
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