“Por fe, Noé […] construyó la barca para salvar a su familia” (Hebreos 11:7).
Hablando de Noé, déjame hacerte algunas preguntas. ¿Sabes cuántos años tenía Noé cuando vino el Diluvio? La Biblia declara que Noé tenía nada más y nada menos que seiscientos años (Génesis 7:6). Otra pregunta: ¿Durante cuántos años anunció Noé la venida del Diluvio? Ciento veinte años (Génesis 6:3). Entonces: ¿Qué edad tenía cuando Dios le dijo que destruiría al mundo? Si le restamos ciento veinte a los seiscientos, tenía cuatrocientos ochenta años, ¿verdad? Ahora fíjate en esta declaración: “Noé tenía quinientos años cuando engendró a Sem, a Cam y a Jafet” (Génesis 5:32, RV95). Algunas versiones de la Biblia, al traducir este pasaje, dicen que Noé, a sus quinientos años, ya era padre de sus tres hijos. Sin embargo, a la luz de lo dicho en Génesis 11:10, sabemos que Sem nació cuando Noé tenía quinientos dos años.
En realidad, cuando Dios le dijo a Noé que tenía que construir un arca y anunciar a sus contemporáneos que solo le quedaban ciento veinte años de vida, ¡no tenía hijos! En Hebreos 11:7 leemos que “por la fe Noé construyó la barca para salvar a su familia”. ¡Por fe comenzó a construir el arca en la que salvaría a los hijos que todavía no tenía!
¿Y qué tiene que ver eso con nosotros? Creo que mucho. ¿Qué haríamos si en este momento Dios le pusiera fecha de caducidad al mundo? ¿Cambiaríamos nuestros hábitos? ¿Dejaríamos de estudiar o de trabajar? ¿Perderíamos la ilusión de casarnos? Me agrada creer que Noé, a pesar de la inminencia del diluvio, en ningún momento supuso que aquella era una razón válida para abandonar sus metas terrenales. Él se casó, tuvo hijos y los educó para que ellos también entraran al arca.
El ejemplo de Noé es muy significativo para nosotros, los que vivimos en la última etapa de la historia humana. No podemos, bajo la excusa de que Jesús viene pronto, tener en poca estima nuestra preparación terrenal. Hemos de seguir estudiando, trabajando, haciendo planes a fin de conseguir una mejor vida para nosotros y nuestros futuros hijos. Nuestra convicción respecto a los eventos que ocurrirán en el futuro no implica que tengamos que descuidar el presente. Por lo menos así lo creyó Noé.
Por: J. Vladimir Polanco Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2016
“VISITA MI MURO, 366 MENSAJES QUE INSPIRAN”
Por: J. Vladimir Polanco
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