Jehová te pastoreará siempre. Isaías 58:11.
Viajando de noche y escondiéndose de día, Moisés finalmente cruzó el límite de Egipto. Fue una dura experiencia. Pero, una vez que pasó mucho más allá de la policía fronteriza, estuvo a salvo de los egipcios y podía viajar durante el día.
Yendo a un pozo, bebió algo de agua y se sentó en la sombra para descansar. Solo y triste, se sentó allí preguntándose por el futuro cuando, de pronto, sus pensamientos tristes fueron interrumpidos bruscamente por voces enojadas.
Moisés se dio vuelta para ver a algunos pastores que echaban a siete muchachas y sus rebaños de ovejas del pozo. El se metió inmediatamente en la situación. ¿Qué derecho tenían los pastores de echar a las muchachas? ¿Por qué no deberían las jóvenes mujeres dar de beber a sus rebaños? La Biblia nos da un breve vistazo de la habilidad de liderazgo de Moisés. Dice: “Entonces Moisés se levantó y las defendió, y dio de beber a sus ovejas” (Exodo 2:17). Una apariencia imponente, una orden firme, y los peleadores pastores tuvieron que regresar por su camino. Y luego, la amabilidad hacia las pobres muchachas: bajó la gran vasija una y otra vez a fin de llenar el abrevadero para sus ovejas.
Aparentemente, los pastores habían sido una molestia por un largo tiempo, porque cuando las muchachas, que eran hermanas, regresaron a su hogar más temprano de lo usual, su padre quiso saber por qué estaban en casa tan temprano.
“Un varón egipcio nos defendió de mano de los pastores, y también nos sacó el agua, y dio de beber a las ovejas” (vers. 19).
“¿Dónde está? Llámenlo para que pueda comer con nosotros”.
Apurándose a través de la puerta de la tienda, corrieron de regreso al pozo para encontrar al “egipcio”. Afortunadamente, Moisés todavía estaba allí. Ese fue el punto de inflexión en su vida. El Señor no había abandonado a su futuro líder. Tenía planes para él.
Las muchachas estaban todas entusiasmadas. No muchos hombres pasaban por ese camino. Y ciertamente, ninguno como Moisés había venido allí antes.
Fue un momento feliz para Moisés. Se lo invitó a la casa de un hombre que amaba a Dios como lo hacía él.
La Biblia nos cuenta que Moisés se quedó no solo para la cena, sino también por cuarenta años. Dios lo había conducido al hogar correcto.
Tomado de devoción matutina para menores 2016
¡GENIAL! Dios tiene un plan para ti
Por: Jan S. Doward
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