«Miren cuánto nos ama Dios el Padre, que se nos puede llamar hijos de Dios, y lo somos». 1 Juan 3: 1
¡Mira qué bellas fotos! [Muéstrele fotos familiares a su hijo]. Quiero que me digas los nombres de estas personas. Si todavía no hablas, entonces señala con un dedo a los que conoces. ¡Lo has hecho muy bien! Ellos son tu familia.
Ahora mira estas otras [muéstrele fotos de amigos de la iglesia]. ¿Conoces a estas personas? ¡Claro que sí! Ellos son de la iglesia. También son tu familia. ¿Sabes por qué? Pues porque la Biblia dice que todos somos hijos de Dios.
Hoy quiero hablarte de una joven llamada Rut. Ella amaba mucho a su amiga Noemí y le dijo que quería vivir con ella. Rut quería cuidarla porque Noemí no tenía familia y Rut no quería que estuviera sola.
Rut también decidió amar a Jesús como lo amaba su amiga y ser parte de la familia de Dios. Ella oró así: «Querido Dios, quiero que tú seas mi padre».
¡Qué lindo es pertenecer a la familia de Dios! si conoces a alguien que está solo, invítalo a la iglesia y cuéntale lo mucho que Jesús le ama.
Oremos: Gracias, Dios, por ser mi padre y amarme.
Tomado de devocionales para preescolares 2016
Pasito a pasito, Crezco y aprendo
¡Vive y crece sanamente!
Por: Kathy Hernández de Polanco
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