“Entonces me dijo: ‘Daniel, no temas, porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días’ Daniel 10:12,13
Cuán inestable se ha vuelto nuestro mundo me quedó claro cuando realicé un viaje en autobús en las afueras de Londres. Karen y yo apenas nos habíamos sentado cuando una grabación con voz masculina, con un acento británico correctísimo, anunció por el sistema de megafonía: “Este autobús está siendo objeto de atentado. Por favor, llame al 999”. Miramos a todos lados; todo el mundo parecía bastante tranquilo. La grabación se repitió. Me fijé en el conductor; también él parecía tranquilo, salvo por el hecho de que estaba golpeando el tablero. Resulta que la alerta terrorista grabada de antemano (que los autobuses británicos llevan ahora desde los atentados de Londres hace varios años) ¡se había activado accidentalmente y el conductor no podía apagarla! Es más, la alarma estaba sonando a todo volumen en el exterior. Circulamos durante varios kilómetros con la gente mirándonos fijamente, algunos incluso llamando con sus teléfonos móviles en busca de ayuda
Vivimos al borde de la incertidumbre, ¿verdad? Y siguen amontonándose titulares asombrosos. Estamos inmersos en una guerra contra el terror en muchísimo más de un sentido.
Las palabras que Gabriel dirigió a Daniel descorren el velo entre lo visible y lo invisible como ningún otro pasaje de las Escrituras. Daniel llevaba tres semanas ayunando y orando. Gabriel le dijo: “Lo siento. ¡No pude llegar antes, porque el oscuro y malvado príncipe de Persia ha estado luchando conmigo!”
Estamos inmersos en una guerra no solo visible, sino, de hecho, aún más real en el ámbito de lo invisible. Llevamos décadas llamándola “el conflicto de los siglos”: las fuerzas de la luz y las tinieblas en un desesperado combate espiritual “mano a mano” por amplios sectores de la raza humana.
Durante veintiún días, el poderoso Gabriel estuvo enzarzado en una lucha sobrenatural con los poderes de las tinieblas. Y, entretanto, aunque no es testigo del conflicto cósmico en lo que no se ve, Daniel ayuna y ora. ¿Crees que ahí hay una fascinante invitación a gente como tú y como yo? “El gran conflicto entre el bien y el mal aumentará en intensidad hasta la consumación de los tiempos” (El conflicto de los siglos, cap. 1, p. 13). Lo que simplemente significa que ahora vivimos en la hora más explosiva de la historia humana. Entonces, como Daniel, ¿no oraremos sin cesar? En los próximos días, reflexionaremos sobre cómo hemos de abrirnos camino, con la oración, en esta guerra cósmica.
* Número de teléfono para todo tipo de emergencias -bomberos, policía, servicios hospitalarios, información- en el Reino Unido, pero que en el resto de la Unión Europea es el 112. En los Estados Unidos y otros países de América es el 911.
Tomado de Lecturas devocionales para Adultos 2016
EL SUEÑO DE DIOS PARA TI
Por: Dwight K. Nelson
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