“Preocupémonos los
unos por los otros, afín de estimularnos al amor y a las buenas obras. No
dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos
a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca”. Hebreos
10:24, 25, NVI
¿Qué haríamos sin
YouTube? El eslogan del popularísimo sitio Web “Transmite tú mismo”. Está
abierto a cualquiera que tenga tan alta consideración de sí mismo como para
apuntarse con una videocámara y luego publicarlo, convirtiéndolo en ¡la tienda
de intercambio de vídeo más frecuentada del universo! Bebés riéndose,
desconocidos dando saltos: es eso y más. Y cuantos más, mejor.
Eso también se aplica
al propio espacio YouTube de Dios -el día YouTube también para ti que llama
sábado-, donde está su pasión: cuantos más, mejor. Solo que el “eslogan” no es
“Transmite tú mismo”, sino “Ven tú mismo”, según señala nuestro texto de hoy.
¿No ves nada sobre el
sábado en ese texto? En realidad, la palabra traducida “congregarse” es una
inflexión del verbo griego episynagoge, de la que proviene nuestra palabra
“sinagoga”, un lugar de culto sabático. De hecho, en todo el libro de Hechos,
encontramos a cristianos y judíos adorando juntos en las sinagogas por todo el
Imperio romano (Hech. 13:14,42, 44; 17:2; 18:4). Aquí en Hebreos 10 el autor
está simplemente advirtiendo a sus lectores cristianos que no dejen de reunirse
para adorar a Dios en sábado. Durante el turno de preguntas y respuestas
después de una conferencia pública, preguntaron a C. S. Lewis, brillante apologeta
cristiano del siglo XX, si la asistencia a la iglesia era necesaria para un
cristiano. Contestó: “Esa es una pregunta que no puedo responder. Mi propio
testimonio es que, al principio de mi experiencia cristiana, […] pensé que
podía hacerlo por mi cuenta, retirándome a mis aposentos y leyendo teología, y
que no acudiría a las iglesias ni a los salones de conferencias de asuntos
religiosos” (God in the Dock, p. 61). ¿Te suena? “Voy a estar solo cuando
adore: Dios y yo, y un buen libro, o la Biblia”. O: “Tengo un iPod, y me he
descargado varios sermones, así que solo estaré perfectamente. No necesito este
rollo de congregarse”. O “Tenemos planes de pasar el día en el lago, quizá
haciendo una caminata. Ya sabes, disfrutar de la naturaleza del Creador. ¿Por
qué molestarse con esto de congregarse?” En el comienzo de su experiencia
cristiana, Lewis luchó con esta invitación a congregarse, y llegó a una firme
conclusión que compartiremos mañana. Pero, ¿qué piensas tú? ¿Por qué puso Dios
Hebreos 10 en nuestras Biblias? ¡Tiene que haber algo más en la adoración
sabática que recoger una ofrenda!
Tomado de Lecturas
devocionales para Adultos 2016
EL SUEÑO DE DIOS PARA
TI
Por: Dwight K. Nelson
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