Cuando las cosas se pongan negras, recuerda que el universo comenzó con la oscuridad. Norman Vincent Peale
Si estás sufriendo, me solidarizo contigo; yo también he sufrido. La muerte de mi padre cuando tenía once años, el despido de un empleo en el que llevaba nueve años muy felices, la pérdida de más de una amiga, apuros económicos para llegar a fin de mes, tener que emigrar de mi país, un novio que no era lo que parecía… Mejor no sigo. No me atrevo a decirte que te animes, que veas el lado positivo, que pronto pasará… Sé que algunos dolores son insoportables, y que se siente una como si la hubieran “echado en lo más hondo del hoyo, en lugares oscuros y profundos” (Sal. 88:6). Esa oscuridad es terrible.
Pero fíjate en este texto: “En el comienzo de todo, Dios creó el cielo y la tierra. La tierra no tenía entonces ninguna forma; todo era un mar profundo cubierto de oscuridad” (Gén. 1:1, 2). Como ves, Dios creó la luz partiendo de la oscuridad. Antes de la creación, la tierra era un mar profundo cubierto de oscuridad (exactamente como te sientes tú ahora) y de ahí, creó la luz.
Siglos después, en el Sinaí, “Moisés se acercó a la densa oscuridad en la que estaba Dios” (Exo. 20:21, NVI) activamente presente con su pueblo durante su peregrinar por el desierto. En otras palabras: Dios no solo está presente en la oscuridad, sino que actúa en ella, crea a partir de ella, no se ve limitado en ningún sentido por ella.
Así que este es mi mensaje para ti: en tu oscuridad, por muy profunda que sea, Dios no solo está presente, sino que está actuando para hacer de ti la mayor luz que puedas llegar a ser. Sin minimizar por un segundo la dura realidad de tu dolor, te pido que confíes en que Dios encontrará la forma de crear luz a partir de tu oscuridad; él te ayudará a construir si no te dejas seguir arrastrándote por esa fuerza totalmente destructiva. Lo que te digo es: mantén la fe.
En medio del dolor, lo único que funciona es mirar al Señor, porque “los que miran al Señor quedan radiantes de alegría y jamás se verán defraudados” (Sal. 34:5).
“El mismo Dios que mandó que la luz brotara de la oscuridad, es el que ha hecho brotar su luz en nuestro corazón, para que podamos iluminar a otros, dándoles a conocer la gloria de Dios” (2 Cor. 4:6).
“Todo lo que no se hace con la convicción que da la fe, es pecado” (Rom. 14:23).
Tomado de Lecturas Devocionales para Damas 2016
ANTE TODO, CRISTIANA
Por: Mónica Díaz
#AnteTodoCristiana #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaMujeres #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian
No hay comentarios:
Publicar un comentario