“Te he dejado vivir para que veas mi
poder, y para darme a conocer en toda la tierra” (Éxodo 9:16).
Las patadas y las burlas que me
propinaba desde detrás de mi silla nunca cesaban. “Hey, miren al muchacho que
no puede conseguir novia. Hola, tú y tu tonto amigo, ¿van a algún festival de
tontos este fin de semana?” Odiaba la clase de Geometría por una sola razón:
Chad. Claro, supongo que el hecho de que Darln, mi mejor amigo, y yo
estuviésemos diciendo tonterías y riéndonos era molesto para algunas personas.
Pero tener al chico más popular de la clase acosándonos constantemente era
suficiente razón para que cualquiera se volviera loco. De hecho, no es
exagerado decir que realmente odiaba a Chad. Él me odiaba a mí también y me lo
hacía saber públicamente de muchas maneras. Si hubiera habido alguna persona
que merecía ser borrada de la faz de la tierra, habría sido él. Desde mi punto
de vista, era un ser humano completamente inútil. “¿Por qué creaste a esta
persona?”, le preguntaba yo a Dios.
Sin embargo, hacia el final de mi
primer año, algo cambió. Ambos, Chad y yo, por caminos separados, habíamos
experimentado una verdadera conversión a Dios y, de repente, nos encontramos
predicando y trabajando juntos en pequeños grupos bíblicos. Entonces, me di
cuenta de que había muchas cosas que me gustaban de Chad y de que no era
totalmente inútil. Es más, Dios tenía un propósito especial para su vida, y hoy
es un excelente pastor. ¡Nunca lo habría podido imaginar! (Ojalá que tenga
algún muchacho fastidioso en su grupo de jóvenes.)
Si yo hubiera sido un esclavo
Israelita, sé que le habría preguntado a Dios todos los días por qué permitía
que el faraón viviera. Pero, Dios dijo algo sorprendente: que él mismo levantó
al faraón y lo dejó gobernar para mostrar su poder sobre la tierra. Dios tenía
un plan que los israelitas nunca hubieran imaginado. No olvides, entonces, que
Dios tiene, para la vida de otras personas, un plan que tú no conoces. Tal vez
en este momento estés tratando con alguien que te parece un inútil, un
desperdicio de espacio, pero Dios no ve las cosas como tú. Incluso para alguien
que está causando daño -como el faraón-, Dios tiene un propósito. Tú no conoces
el final de la historia. Considera a quienes causan problemas en tu vida como
personas para las que Dios también tiene un propósito.
Tomado de lecturas devocionales para
Adolescentes 2017
FUSIÓN
Por: Melissa y Greg Howell
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