Gonzalo Fernández
de Córdoba (1453-1515) fue un oficial del ejército al servicio de Isabel de
Castilla y Fernando de Aragón, cuyos éxitos militares llevaron a sus tropas a
llamarlo el Gran Capitán. Después de una muy destacada participación durante la
conquista de Granada, en 1492, Fernández de Córdoba fue designado para partir a
Italia en 1495 y detener los ejércitos de Carlos VIII de Francia. Sin embargo,
el 21 de junio del mismo año sufrió una derrota en Seminara ante Eberardo
d’Obigny. Aquel descalabro hizo reflexionar al militar español, quien tomó con
cautela el mal momento y decidió reformar su ejército y adaptarlo a las nuevas
estrategias bélicas. Sus tropas no podían hacer frente a los franceses, quienes
estaban bien pertrechados con artillería móvil e infantería con armas de fuego,
con las viejas virtudes del coraje y el honor, sino con la firmeza y la
exactitud de un ejército modernizado. Y así fue. Sus soldados no volvieron a
ser vencidos por los franceses. En 1496 devolvió Nápo- les a la casa real
aragonesa. Sin embargo, el éxito no lo envaneció y llegó a ser reconocido como
un maestro de la estrategia en el campo de batalla, dotado de templanza y
capacidad de mando en el despliegue táctico. Asimismo, su ánimo sereno
transmitía a sus soldados una enorme confianza, ya que estos estaban
convencidos de que su líder era el mejor de todos y casi invencible.
A veces las
derrotas pueden ser grandes detonantes de futuros éxitos. Todo depende de cómo
asumas las adversidades. Lo más fácil es insultar, reclamar y culpar a otros de
las fatalidades; pero lo mejor es hacer una autocrítica y evaluar qué es lo que
hemos hecho mal y buscar la forma de corregirlo. De esta manera, lo que parece
un fracaso se puede tornar en una de las grandes lecciones de la vida.
Asimismo, es necesario tomar con mucha prudencia las victorias personales y no
dejarse llevar por el arrebato cuando las cosas comienzan a ir bien.
¿Has fracasado en
alguno de tus proyectos personales? ¿Por qué ha salido mal? Es muy probable que
tengas que hacer algunos ajustes, que no siempre serán agradables, pero sí
necesarios. Lo bueno es que en la vida siempre hay segundas oportunidades y,
con la ayuda de Dios, la próxima vez la historia será diferente.
Hoy ruega al
Señor que te ayude a adoptar la mejor actitud ante tus fracasos y te permita
aprender de ellos y corregir tus errores.
DEVOCIÓN MATUTINA
PARA JÓVENES 2020
UNA NUEVA VERSIÓN
DE TI
Alejandro Medina Villarreal
Lecturas devocionales para Jóvenes 2020
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