«Habla, que tu siervo escucha, contestó Samuel» (1 Samuel 3:10).
Ana le pidió mucho a Dios por un hijo. Incluso prometió que se lo dedicaría a Dios.
Finalmente, el bebé nació y fue llamado Samuel. Su madre lo educó muy bien y, a muy corta edad, lo llevó a vivir al templo para que ayudara al sumo sacerdote Elí.
Samuel se levantaba temprano, abría las puertas del templo y aprendía de Elí a cuidar todas las cosas. Cada vez que iba a visitarlo, su madre le llevaba ropa nueva.
Desde muy joven, Dios lo llamó para que fuera uno de sus profetas. Años más tarde, llegó a ser uno de los jueces de Israel y fundó escuelas para formar profetas.
¿Y yo?
Ana llevó al templo su más grande posesión su propio hijo para que sirviera a Dios.
Mi oración para hoy
Señor, así como Samuel, yo quiero aprender a oír tu voz y obedecerte.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA LOS MÁS PEQUEÑOS 2020
«CADA DÍA CON JESÚS»
Por: Maria Augusta Lopes, Lara Figueiredo, Paulo Sérgio Maced
Lecturas Devocionales para preescolares 2020.
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