LA CONSTRUCCIÓN DEL SANTUARIO

Háganme un santuario para que yo habite entre ellos. Éxodo 25:8

—Dios le dijo a Moisés que deseaba que le construyeran un santuario —comenzó hablando la mamá—. El santuario debía recordar al pueblo de Israel el sacrificio que haría Jesús algún día, muriendo en la cruz por nuestros pecados. Dios le dio a Moisés los planos y le pidió que todos los detalles se hicieran según sus instrucciones. Además, concedió habilidades especiales a Bezaleel; lo llenó de su Espíritu y de sabiduría para trabajar el oro, la plata y el bronce. Tendría también la capacidad de enseñar para que otros lo ayudaran. Además, Dios capacitó a Aholiab para que hiciera otra parte de las labores.

—Mucho trabajo —comentó Mateo.

—Sí, se necesitaban muchos ayudantes porque el trabajo era laborioso, debía quedar perfecto para tener la aprobación divina —dijo la mamá—, pero esperen, ¿de dónde iban a conseguir los materiales que se necesitaban? Dios le dijo a Moisés que el pueblo debía entregarle ofrendas, pero tenía que hacerlo con alegría y buena disposición. Tenían que ser ofrendas voluntarias.

—Me imagino a los niños llevando sus ofrendas —comentó Susana. —Se avisó al pueblo que debían traer ofrendas y se les especificó lo que se necesitaba —continuó la mamá—, y el pueblo con mucho gusto empezó a traer ofrendas en abundancia. Los que dirigían la obra le dijeron a Moisés que ya tenían suficientes materiales, que el pueblo ya no debía dar más.

—Nunca he escuchado en la iglesia que nos digan que ya no debemos llevar más ofrenda —comentó Mateo.

—Ni yo tampoco —afirmó Susana.

—No creo que escuchemos eso, porque el plan de Dios es que llevemos nuestros diezmos y ofrendas como parte de nuestra adoración y debemos hacerlo con voluntad y alegría —finalizó la mamá.

¿Sabias que….. Dios aprobó la construcción del santuario con una demostración especial?

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Por: Noemí Gil Gálvez

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