Más allá del patio trasero de su hogar en Virginia, Estados Unidos, George Washington podía ver el río Potomac. Soñaba con hacer del río una autopista para que los barcos llevaran provisiones desde Washington D.C. hasta el oeste de Maryland.
El sueño se hizo realidad, aunque con mucho trabajo. Por un sueldo de ocho dólares diarios y tres comidas completas, los trabajadores dragaron un canal de 80 kilómetros a lo largo del río. A cada cierta distancia, construyeron una esclusa cerrada que podía llenarse con agua para elevar o bajar a los siguiente nivel del canal.
Los barcos eran arrastrados por mulas a lo largo de un camino aledaño al canal. Una sola mula podía acarrear un barco con cien toneladas de carga. Los capitanes vivían en los barcos con sus familias desde abril hasta diciembre.
Sostenían a los niños pequeños con correas para que no se cayeran por la borda.
Los capitanes siempre mantenían sus barcos en movimiento porque se les pagaba por viaje realizado. «Nunca llueve, nieva ni hay viento para un capitán de barco; y un capitán de barco nunca tiene domingos», decían. “Nunca sabemos que es domingo hasta que vemos a algunas personas caminando, bien vestidas, yendo a la iglesia»
La Compañía del Canal de Chesapeake y Ohio (C&O) se sentía culpable de que los capitanes de barco no guardaran ningún día de reposo; así que decidieron cerrar el canal los domingos. Sin embargo, los capitanes no Io aceptaron.
Rompieron los candados de las barreras y utilizaron la violencia cuando fueron confrontados. La compañía se dio por vencida.
Cuando Dios nos dio el Mandamiento del sábado, ¡quería que tuviéramos un día festivo cada semana! Quería darles a las madres y a los padres ocupados un día en el que pudieran relajarse con sus hijos. Sin embargo, muchas familias se lo pierden porque, como los capitanes de barco, sienten que no pueden dejar de lado sus cargas ni siquiera por un día.
Actualmente, todavía existe el camino de sirga del Canal C&0.
A veces salimos a caminar con mi familia por allí. Y adivina qué día de la semana tengo tiempo para hacerlo… Sí, el sábado. Como hoy, por ejemplo. Kim
«Trabaja seis días, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el día séptimo será un día de reposo para honrar al Señor tu Dios. No hagas en ese día ningún trabajo» (Éxo. 20:9, 10).
DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADOLESCENTES
“UNA IDEA GENIAL”
Por: Kim Peckham
Lecturas Devocionales para Adolescentes en 2020.
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