«El que procura el bien, es bien favorecido; al que procura el mal, el mal le sobreviene» (Proverbios 11:27).
¿Alguna vez has pensado en casarte? Si eres joven, en algún momento te habrás planteado esta posibilidad. La gente no siempre se casa por los motivos correctos. De hecho, hay varias razones muy populares, aunque equivocados, para casarte. He aquí algunos de ellos:
Mi novio tiene dinero. ¿Y qué vas a hacer si se le acaba? ¿Es justo que te cases con alguien por interés?
Quiero salir de mi casa. ¿Pero cómo sabes que no te irá peor? ¿Te imaginas si vas a parar a casa de tu suegra y te conviertes en una especie de Cenicienta? Por lo menos en tu casa vives bien.
Ya se me está pasando el arroz. El amor no es exclusivo de una etapa de la existencia humana. Se puede disfrutar en diferentes momentos.
Mi novia parece una muñeca. La belleza física es pasajera. ¿La vas a seguir queriendo cuando ya no tenga los mismos encantos?
¡Mi novia es muy apasionada! ¿Y qué vas a hacer cuando disminuya el fuego de la pasión? ¿Qué sucederá cuando te acostumbres a ella y todo te parezca una rutina?
Ya tuvimos relaciones sexuales. Grave error. ¿Estás seguro de que no cometerás otro?
Todas mis amigas ya se casaron. El matrimonio no es una competencia para ver quién llega primero.
No es la mejor persona pero sé que por amor cambiará. Dios es el único que puede transformar el corazón humano (Ezequiel 36: 25-27). Lo malo es que la gente no siempre acepta sus invitaciones.
Si no es con esta persona no será con nadie. ¿Acaso no te has dado cuenta de que hay muchos peces en el río? Más bien, suena a un capricho.
Aunque no lo amo, es una buena persona. «Jugar con los corazones es un crimen no pequeño a la vista de un Dios santo» (El hogar cristiano, pág. 53). Un cristiano no hace eso.
Todo el mundo dice que hacemos una buena pareja. «Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte» (Proverbios 14: 12, NVI).
Me siento solo y tengo demasiados problemas. El matrimonio no arreglará tus problemas emocionales. Incluso, puede llegar a incrementarlos. Si no estás contento contigo mismo, lo mejor es que resuelvas tus conflictos antes de amargarle la vida a otra persona.
Hay mejores razones para casarse. Lo principal es procurar el bien de la pareja, aprender a servirla y ser compatibles. Así te irá bien.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2020
UNA NUEVA VERSIÓN DE TI
Alejandro Medina Villarreal
Lecturas devocionales para Jóvenes 2020.
No hay comentarios:
Publicar un comentario