sábado, 17 de agosto de 2013

TOMADOS DE LA MANO


Lugar: Inglaterra
Palabra de Dios: Isaías 41:13

El médico frunció el ceño, mientras miraba más atentamente la ecografía.
¿Algo está mal? preguntó la mujer, ansiosamente. Ella estaba embarazada de mellizos, y esperaba que no hubiese complicaciones.
Oh, no, todo parece estar Bien respondió el médico. Solo estaba dando una segunda mirada. Esto es muy poco común.
Y le mostró a la mujer de lo que hablaba: las mellizas por nacer estaban tomadas de la mano.
De esa manera pasaron toda su niñez. A las mellizas, Barbará y Shirley, les encantaba estar juntas. Jugaban juntas; estudiaban juntas; dormían juntas. Y adondequiera que fueran, la gente las veía tomadas de la mano. Y es era algo bueno, porque un día salvó la vida de Barbará.
Cuando las dos niñas tenían nueve atlas de edad, fueron de compras con su mama. Y, como siempre, las niñas iban de la mano cuando comenzaron a cruzar una calle. Justo en ese momento, un auto dio vuelta la esquina rápidamente. Shirley vio el auto que venía, y pegó un tirón de la mano de su hermana.
Desdichadamente, el auto igualmente golpeó a Barbará, lo que la envió al hospital por un par de días. Sin embargo, si su hermana melliza no la hubiera tirado para atrás, el auto la habría golpeado en la cabeza. Estar tomada de la mano de su hermana salvó la vida a Barbará.
Tu también puedes tomar la mano de alguien que quiere estar contigo para ayudarte y para mantenerte a salvo. Su nombre es Jesús. Esto es lo que el te dice: «Porque yo soy el Señor, tu Dios, que sostiene tu mano derecha; yo soy quien te dice: No temas, yo te ayudare».

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

REPARA LAS RELACIONES ROTAS

En efecto, nuestros padres nos disciplinaban por un breve tiempo, como mejor les parecía; pero Dios lo hace para nuestro bien, a fin de que participemos de su santidad. Hebreos 12: 10

A poco de redactar estas líneas mi padre, quien en fecha reciente había cumplido 93 años, pasó al descanso. Cuando me avisaron de su fallecimiento, y mientras trataba de sobreponerme al impacto de la noticia, me vinieron a la mente muchos re-cuerdos y vivencias. A pesar del tiempo transcurrido, los recuerdos se mantenían nítidos en mi mente y mi corazón, ya que fueron muchos los años que convivimos juntos.
A mi padre lo habían criado en la milicia, por lo que le gustaba dar órdenes y que le obedecieran. Su andar era recio y seguro, y no aceptaba excusas para la desobediencia. Tenía un alto grado de responsabilidad en el cumplimiento de
Su personalidad rígida no le permitía mostrar su amor mediante besos y caricias. Nunca consoló nuestras lágrimas, sino que ofrecía soluciones y sugerencias. Me protegió al proveerme abrigo, pero nunca me abrigó con sus brazos. Se preocupó porque siempre hubiera alimento en la mesa familiar, pero hizo poco para mitigar el hambre emocional de la familia. jugamos apenas unas cuantas veces, nuestras conversaciones fueron superficiales, el contacto escaso; sin embargo, estoy segura de que el amor estaba en su corazón.sus deberes y consideraba que si alguien no era puntual en sus compromisos, no era una persona digna de confianza. Se me ocurre, al echar un vistazo al pasado, que esos hábitos laborales, así como su formación, no le permitieron demostrar plenamente la ternura y el amor que estoy segura sentía por sus hijos.
Aunque mi padre ya no nos acompaña, lo recordaré siempre sin rencores. Estoy segura de que él creía que estaba dando lo mejor de sí , y sin duda lo hizo, aunque quedaron muchos espacios vacíos en los corazones y almas de sus hijos.
Querida hermana, hay muchas hijas cuyas experiencias quizá estén salpicadas por la falta de cariño y la frialdad, Es posible que a pesar de los años trascurridos las heridas no hayan sanado y que aún duelan. De ser así, habrá que restaurar algunas situaciones. Quizá sea necesario el perdón; en todo caso, no juzgues con dureza a tus padres si esa ha sido tu experiencia. Es mejor que dejes el camino libre para que la justicia de Dios actúe y te restaure.
Recuerda que el único mandamiento con promesa es aquel que nos exhorta a honrar a nuestro padre y a nuestra madre, símbolos y representantes de nuestra dependencia de Dios.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

JOHANN SEBASTIÁN BACH

Ellos eran en total doscientos ochenta y ocho, incluyendo a sus demás compañeros, y habían sido instruidos para cantarle al Señor (1 Crónicas 25:7).

El capítulo 25 del primer libro de las Crónicas dice que los 288 músicos eran hijos de Asaf, Hernán y Jedutún, los tres profetas musicales. Aquellos músicos, que estaban bajo la dirección del genial rey David, eran intérpretes extraordinarios. ¿Cómo sería la música que ejecutaban, los conciertos que daban? ¿Cómo podía ser de otra manera en una época en que Dios bendecía a su pueblo en todas las formas imaginables? Floreció el genio musical de David, la virtud sapiencial de Salomón y la naturaleza musical de Asaf, Hernán y Jedutún con sus doscientos ochenta y ocho hijos. Debió ser una época maravillosa.
Dicen que una vez le preguntaron al biólogo y filósofo Lewis Thomas cuál sería la obra que recomendaría lanzar al espacio con la idea de que algún día la descubriera alguna civilización galáctica; ya sabes, algo así como una cápsula del tiempo sideral. Thomas sugirió que se podía realizar una transmisión ininterrumpida de las obras de Johann Sebastian Bach, “aunque eso sería presumir un poco”, añadió. ¿Te imaginas? Tan bella consideraba la música de Bach que temió que sería un poco presuntuoso exhibirla ante las inteligencias galácticas. Los que saben, dicen que la música de Bach es la más maravillosa de todas las que han producido los genios musicales de la historia. Tim Crosby recopiló comentarios al respecto:
• “Algo de lo que no estoy del todo seguro es si los ángeles tocan música de Bach al alabara Dios”. KarlBarth.
• “Bach es único, al igual que Dios”. Héctor Berlioz.
• “Bach representa la música más excelsa y la más pura que jamás se haya escuchado”. Pablo Casals.
• “Bach se asemeja a un astrónomo que, con la ayuda de un clave, encuentra las estrellas más resplandecientes”. Frédéric Chopin.
• “La más elevada música cristiana de todo el mundo […]. Si la vida me hubiera arrebatado la fe y la esperanza, esta sencilla pieza me las habría devuelto”. Félix Mendelssohn-Bartholdy.
• “Bach representa el principio y el final de toda música”. Max Reger.
• “La música moderna se lo debe todo a Bach”. Nikolái Rimski-Kórsakov.
Lo bueno de todo esto es que la música de Bach, como la música de los tres profetas musicales y sus 288 hijos, honra a Dios! La buena noticia es que, aunque seamos inexpertos, algún día también lo honraremos con el cántico de Moisés y el Cordero.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

RECHAZADO

A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Juan 1:11.

En ocasión del primer advenimiento de Cristo, que aparentemente pasó inadvertido, los ángeles del cielo a duras penas pudieron contener su deseo de derramar sus glorias para celebrar el nacimiento del Hijo de Dios. Las gloriosas manifestaciones del cielo no fueron enteramente restringidas. El maravilloso evento no careció de algunas evidencias de carácter divino. Ese nacimiento, para el cual no se hizo preparación en la tierra, fue celebrado en los atrios celestiales con alabanza y acciones de gracias en favor de los pecadores…
Aquel que vino en carne humana y se sometió a una vida de humillación era la Majestad del cielo, el Príncipe de la vida; pero los hombres sabios de la tierra, los príncipes y los gobernantes, e incluso su propia nación, no lo conocieron.
No lo reconocieron como el tan anticipado Mesías. A pesar de los poderosos milagros obrados ante ellos en él, a pesar de que abrió los ojos de los ciegos y resucitó a los muertos, Cristo sufrió el odio y el abuso del pueblo que vino a bendecir. Lo tomaron por pecador y lo acusaron de echar fuera los demonios por medio del príncipe de los demonios. Las circunstancias de su nacimiento fueron misteriosas y comentadas por los gobernantes. Lo acusaron de haber nacido en pecado. El Príncipe del cielo fue insultado por las mentes corruptas y la incredulidad pecaminosa y blasfema de su pueblo. ¡Qué maligna cosa es la incredulidad! Se originó con el primer gran apóstata, y en el rechazo del Mesías por parte de los judíos se aprecia cuán terriblemente lejos conduce a todos los que caminan en ella…
Los dirigentes de Israel profesaban comprender las profecías, pero habían albergado ideas falsas con relación a la forma en que Cristo vendría…
El mismo que murió por los pecadores habrá de juzgarlos en el último día; porque el Padre “todo el juicio dio al Hijo”, y le “dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre” (ver Juan 5).
¡Qué día será cuando los que rechazaron a Cristo contemplen a Aquel que fue traspasado por sus pecados! Entonces sabrán que él les ofreció el cielo todo con la única condición de colocarse de su parte como hijos obedientes; que él pagó un precio infinito por su redención, pero que ellos no aceptaron la libertad de la mortificante esclavitud del pecado. Ellos eligieron colocarse bajo el estandarte negro de la rebelión hasta el cierre de la hora de misericordia –Review and Herald, 5 de septiembre de 1899.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White

viernes, 16 de agosto de 2013

UNA LUZ BRILLANTE

Lugar: Nueva Jersey, EE.UU.
Palabra de Dios: Genesis 1:3-5

¿Cuántas veces enciendes la luz, sin pensar en lo que estas haciendo? ¿Cuántas bombillas eléctricas tienes en tú casa? Muchas veces, damos por sentado el tener luz, pero si hubieras nacido unos doscientos años atrás, habrías tenido que usar una vela o un lámpara de kerosen para iluminarte.
Tomas Edison patentó la bombilla eléctrica el 27 de enero de 1880. Había estado trabajando en su laboratorio de Menlo Park, Nueva Jersey, y de acuerdo con el, probó «no menos de seis mil tallos vegetales, y registró el mundo en busca del material más apropiado para el filamento». Pero, finalmente lo logró. La bombilla producía un débil resplandor rojizo, y brilló durante trece horas.
Edison fue un gran inventor, que registró 1.093 patentes, pero puso mucho trabajo en sus inventos. Como se mencionó antes, le llevó por lo menos seis mil intentos hacer que la bombilla de luz brillara.
En comparación, todo lo que Dios tuvo que hacer fue hablar. Génesis 1:3 nos dice: «Y dijo Dios: ‘¡Que exista la luz!’ Y la luz llegó a existir». El Señor no necesitó experimentar con miles de opciones; el sabía lo que estaba haciendo. Y el también sabía que, sin luz, tú y yo no podríamos vivir. De hecho, todas las plantas morirían; ni los animales sobrevivirían.
La Biblia continua diciendo: «Dios consideró que la luz era buena y la separó de las tinieblas. A la luz Ia llamó `día’, y a las tinieblas, `noche’. Y vino la noche, y llegó la mañana: ese fue el primer día».

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

UN APOYO PARA LOS DÉBILES

Asimismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Romanos 8: 26

La autocompasión es el recurso favorito de los débiles; es el vehículo en el que se trasladan a todas partes y que parecería estar siempre adornado con la amargura, la ira, el resentimiento, el rencor y el enojo. Sus usuarios se conforman con inspirar lástima para, de ese modo, recibir migajas de afecto. Culpan a los demás de sus fracasos, no se sienten dignos y aseguran que la vida se ha ensartado con ellos. Quien se regodea en la autocompasión es muy probable que llegue a ser rígido y falto de humor, presto a ensombrecer el camino de quienes están a su alrededor.
Una conmiseración enfermiza puede estropear los proyectos de Dios para nuestras vidas, poner límites a nuestro desarrollo e impedir que crezcamos a la estatura de una hija de Dios. ¿Por qué compadecernos, si la vida es el gran regalo de Dios? Mientras dure, podremos contribuir a nuestra felicidad y la de los demás, así como glorificar el nombre de Dios. Aparte de nuestras experiencias, la vida en Dios debería ser un himno de loor al Creador y un canto cotidiano de victoria.
Amiga, viajemos por la vida en el tren de la esperanza. del optimismo, del gozo, del amor y de la confianza. Una vez que dejemos de concentrarnos en nuestros fracasos y defectos para pensar en los demás y agradecer a Dios, podremos decir con el salmista: «Quiero alabarte, Señor, con todo el corazón, y contar todas tus maravillas. Quiero alegrarme y regocijarme en ti, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo» (Sal. 9: 1-2).
Este es un día de grandes oportunidades, ¡aprovéchalas! Que tu oración sea: «Señor, ayúdame a valorarme de acuerdo al gran precio que Cristo Jesús pagó en la cruz, de tal manera que pueda ser restaurada de todos los aspectos de mi vida».
Dios puede transformar nuestras vidas, la mía y la tuya. Aprovechemos toda oportunidad para contemplar su prodigioso amor en la naturaleza y en la obra transformadora que realiza en las vidas de muchas personas. Dios está a la espera de que le entreguemos nuestros corazones para hacer su gran obra. El gozo y la felicidad pueden ser nuestros. ¡Agradezcamos a Dios hoy y siempre, por todo lo que nos da!

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

HAY QUE TERMINAR LA CARRERA

También nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante (Hebreos 12:1).

En el espectáculo de la carrera del cristiano, el principal espectador es el Padre mismo.
Nuestro éxito le interesa más que a nosotros mismos o a cualquier otro ser del universo.
En 1992, durante los Juegos Olímpicos de Barcelona, Derek Redmond, velocista inglés, había competido en las semifinales de los cuatrocientos metros. Para él, esa carrera era una especie de revancha. Cuatro años antes, en las olimpiadas de Seúl, se había desgarrado el tendón de Aquiles durante los calentamientos y no pudo competir. Ahora se le presentaba otra oportunidad.
Sonó el disparo de salida y los corredores salieron en busca del triunfo. Pero a una distancia de ciento cincuenta metros de la meta a Derek se le desgarró un músculo y cayó al suelo presa de un intenso dolor. Los camilleros corrieron hacia él pero les hizo señas de que se alejaran, se levantó como pudo y comenzó a andar a saltos dirigiéndose a la meta.
De repente un hombre saltó de las gradas, corrió hacia Derek y echó su brazo sobre sus hombros. Juntos saltaron durante los últimos cien metros hasta llegar a la meta. El ayudante era Jim Redmond, el padre de Derek. Había hecho un gran sacrificio para que su hijo llegara a la competición. Cinco minutos más tarde, padre e hijo llegaron a la meta y sesenta mil personas les brindaron una gran ovación de pie.
Cuando lo entrevistaron, el padre dijo: “Hicimos un pacto: mi hijo iba a terminar la carrera.
Esta es su última olimpiada. Entrenó durante ocho años. Yo no podía permitir que no terminara la carrera”.
Eso es lo mismo que nuestro Padre celestial hace por nosotros. No se avergüenza de llamarse nuestro Dios (Heb. 11:16). Cuando lo buscamos tirados en el suelo, paciente y amoroso nos levanta y nos acompaña el resto de la ruta. No permitirá que nos quedemos en el camino si queremos llegar a la meta y clamamos por su ayuda. Es una verdad bíblica.
Acércate hoy a tu Dios y Salvador mientras te empeñas en terminar la carrera que él te propone para hoy y para toda tu vida.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

CRISTO, EL CAMINO A LA VICTORIA

Vete, Satanás, porque escrito está. Mateo 4:10.

Satanás había sido vencido en la primera tentación. Después llevó a Cristo al pináculo del Templo en Jerusalén, y le pidió que demostrara su calidad de Hijo de Dios lanzándose de la impresionante altura. “Si eres Hijo de Dios –le dijo—, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra” (Mat. 4:6). Pero hacer tal cosa habría sido presunción de parte de Cristo, y él no cedería.
“Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios” (vers. 7). Nuevamente el tentador quedó confundido. Cristo permaneció victorioso.
La presunción es una tentación común; y cuando Satanás nos asalta con ella logra casi siempre la victoria. Quienes aseguran haberse unido a la guerra contra el mal, frecuentemente se hunden sin pensar en una tentación que requiere de un milagro para superarla sin mancha. Las preciosas promesas de Dios no son dadas para fortalecernos en un curso presuntuoso o para que confiemos cuando nos abalanzamos innecesariamente al peligro. El Señor requiere de nosotros que nos movamos con una dependencia humilde bajo su conducción.
“El hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos” (Jer. 10:23). En Dios se encuentra nuestra prosperidad y nuestra vida… “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará” (Sal. 37:5).
Como hijos de Dios, hemos de mantener un carácter cristiano consistente.
Cuando usted ore… para no caer en tentación, recuerde que su obra no concluye con la oración. Tanto como sea posible, debe contestar sus propias oraciones al resistir la tentación. Pídale a Jesús que haga por usted lo que no puede hacer por su propia cuenta. Con la Palabra de Dios como nuestra guía y Jesús como nuestro Maestro, no tenemos que ignorar los requerimientos de Dios ni las trampas de Satanás.
“Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares” (Mat. 4:8, 9). Entonces la divinidad refulgió a través de la humanidad.
“Vete, Satanás -dijo Jesús-, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás” (vers. 10). Satanás no presentó otra tentación más. Abandonó la presencia de Cristo como un enemigo conquistado – Youth’s Instructor, 21 de diciembre, de 1899.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White